Alejandro Sanz, hundido tras la muerte de su padre
Eran padre e hijo, pero sobre todo eran amigos, cómplices, socios, compañeros, maestro y alumno, confianza y apoyo, admiración y respeto. Ayer moría en Madrid el padre del cantante Alejandro Sanz, Jesús Sánchez, a los 75 años, tras una larga enfermedad. Por supuesto, el cantante se encontraba en España desde hacía un mes; vino en cuanto se enteró de que la salud de su padre empeoraba por días. Para Alejandro, la pérdida es irreparable y de ahí que todos sus amigos quisieran acompañarle.
Explicar la relación de padre e hijo es entender la carrera artística de este niño que recibió de su padre como regalo de su séptimo cumpleaños una guitarra, el mejor juguete que le pudo comprar en su vida. Alejandro era un niño, pero la guitarra ya era toda una mujer para sus sabias manos, que en seguida aprendieron a tocarla, más bien acariciarla, convirtiéndose desde ese momento en su mejor arma de trabajo.
Jesús Sánchez tenía una agencia de artistas y sobre todo tenía el callo de los cantantes que conocen el oficio de cerca. Él mismo había tenido su grupo, Los 3 de la Bahía, y se había recorrido media España actuando por todos los tablaos, además de hacer de telonero con Dolores Vargas, Manolo Escobar y Lola Flores, entre otros. Fueron casi veinte años en la carretera como guitarrista y voz cantante. Por eso eligió al compositor Manuel Alejandro como padrino de su segundo hijo, Alejandro, y por eso él mejor que nadie le asesoró cuando decidió que la música iba a ser su vida. Eso sí, lo único que le pidió a su hijo es que acabara sus estudios en la academia.
Juntos dieron los primeros pasos y, siempre aconsejado por su padre, Alejandro se metió de lleno en un mundo que había mamado desde su infancia, pero que no siempre llevan al éxito.
Por eso, en su tercer álbum «Alejandro Sanz, 3» (1995) el cantante escribió una canción dedicada a su padre cuya letra hoy conmueve a todos cuantos le conocieron. El tema se llama «Ése que me dio vida», y dice cosas como: «Con tu sonrisa de medio lao, / cuántos te quiero te habrás callao, / cuántas cosas de chiquillo / aún conservas en los bolsillos... / Con tu eterno cigarrillo, / con tu ojera y tu descuido, / la más bella de las danzas, / es tu cojera al caminar... / No eres sólo aquel que firma, / en el libro de familia. / Ni eres el silencio en el sofá, / viendo un partido en zapatillas. / Y déjame por esta noche /ser las manos que te arropen. / Y déjame que te regale, / un abrigo nuevo en condiciones».
Ayer Alejandro Sanz vivió el día más amargo de su vida. Con él estuvieron los suyos, su familia y sus amigos. Miguel Bosé, Malú, Pepe Barroso, José María Michavila y su mujer Irene, Cristina Tárrega y Mami Quevedo... Jaidy Mitchell, la madre de su hija Manuela, regresó ayer de Puerto Vallarta y acudió directamente al tanatorio de Tres Cantos. Separados desde hace un tiempo, parece ser que nunca querían hablar de sus problemas en público para no dar más tristezas al padre del músico, que adoraba a su hijo y a su nieta. Hoy Jaidy también estará con Alejandro en La Almudena, donde será enterrado el padre del artista.
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