Méndez, polémico y reprobado
M. C.
MADRID. Desde que pisó la Delegación del Gobierno de Madrid, hace dos años, Constantino Méndez se ha caracterizado por sus enfrentamientos con Esperanza Aguirre y su consejero de Justicia e Interior, Alfredo Prada. No pudo empezar peor sus relaciones con la Comunidad de Madrid, pues a las pocas semanas de tomar posesión de su cargo arremetió de manera inusitada contra el proyecto de seguridad que había puesto en marcha el Ejecutivo de Aguirre, las Bescam (una suerte de policía autonómica madrileña), a las que tachó de «cuento chino».
Desde entonces, las cosas sólo fueron a peor, hasta el punto de que el Pleno de la Asamblea de Madrid reprobó al delegado del Gobierno por «ineficacia» en su gestión y por mantener una actitud «machista» contra Aguirre, de la que dijo que «no podía tener dos ideas en la cabeza al mismo tiempo». De Méndez se llegó a hablar hace meses en Madrid como posible candidato socialista a la Comunidad. Era la mejor manera de explicar su afán por entrar en la arena política y por provocar polémicas con el Gobierno regional. Pero el «caso Bono» empezó a pesarle, y ha terminado por ser su «talón de Aquiles». Méndez ha hecho frente en estos dos años al auge de las bandas latinas en Madrid, y ha presumido de reducir la inseguridad ciudadana.
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