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ABC Cultural

MIHURA EN SOLFA

JULIÁN DE DOMINGO Amparo Saizar en uno de los números musicales

TEATRO MUSICAL

«Maribel y la extraña familia»

Basado en la comedia de Miguel Mihura. Adaptación: Juan José Arteche y Ángel F. Montesinos. Música: José Ramón de Aguirre. Letras: Fernando Albares. Dirección: Á. F. Montesinos. Dirección artística: J. R. de Aguirre. Orquestaciones y dirección musical: Alberto Quintero. Iluminación: J. R. de A. y Felipe Ramos. Coreografía: Juan Carlos Santamaría. Escenografía: Juan Pedro de Gaspar. Vestuario: Pedro Moreno. Intérpretes: Amparo Saizar, Andoni Ferreño, Ester Bellver, Raquel Grijalba Chus Herranz, Milagros Ponti y Selica Torcal, entre otros. Lugar: Teatro Nuevo Apolo. Madrid.

No le sientan nada mal las hechuras de musical a la comedia que Miguel Mihura consideraba su obra más lograda, esa especie de versión de «La Cenicienta» convertida en chica de vida airada en el Madrid de los años 50. La estrenó en septiembre de 1959 en el Teatro Infanta Beatriz y fue uno de sus mayores éxitos, además de hacerle acreedor de su tercer premio Nacional de Teatro. La venezolana Maritza Caballero y Paco Muñoz interpretaban a la pareja protagonista, mientras que María Luisa Ponte, Irene Gutiérrez Caba y Lali Soldevilla (¡vaya trío!) eran las tres hurgamanderas amigas y compañeras de Maribel. José María Forqué la llevó al cine en 1960, con Adolfo Marsillach y Silvia Pinal al frente del reparto, y en 1998, aunque no llegó a las pantallas hasta cinco años después, Ángel Blasco realizó una nueva versión cinematográfica con el título de «Cásate conmigo, Maribel» y Carlos Hipólito y Natalia Dicenta en los principales papeles. Y un dato más -no se preocupen, ya termino-, no es ésta la primera vez que alguien hace bailar y cantar a Maribel: en 1989, con dirección de Emilio Hernández, música y canciones de Luis Mendo y Bernardo Fuster, y protagonizada por Magüi Mira, subió al escenario del Centro Cultural de la Villa en forma de comedia lírica sin mayores consecuencias. Julián Moreiro -en su estupenda biografía «Mihura, humor y melancolía» (Algaba, 2004), ya citada en estas páginas- señala que ya en 1966 también fue representada en Viena como opereta.

Tras este itinerario, «Maribel y la extraña familia» ha desembocado en el Nuevo Apolo convertida en gran musical. El argumento, como ustedes recordarán, relata la historia de amor de Marcelino, el tímido propietario de una fábrica de chocolatinas en Zamora, y Maribel, chica de alterne, de la que el primero se enamora -sin saber su profesión, o tal vez sí, pues la ambigüedad es uno de los atractivos de la comedia- cuando ella le sonríe en una sala de fiestas; al principio, la joven desconfía y luego, ya enamorada a su vez, huye de él, temerosa de que la carroza vuelva a convertirse en calabaza.

Picardía, misterio, costumbrismo

Juan José Arteche y Ángel Fernández Montesinos han ajustado las costuras de la pieza y conservado la justa picardía, las gotas de misterio, el costumbrismo, la tibia melancolía y esa especial ternura por las señoritas de vida alegre que siempre tuvo Mihura, un hombre que se definía a sí mismo como «soltero, perezoso y sentimental» y que tan proclive a ellas fue siempre.

Fernández Montesinos y su equipo han conseguido que funcione muy bien este espectáculo que, como musical, y lo subrayo no en tono peyorativo sino todo lo contrario, resulta una especie de agradable ensalada de referencias a algunos clásicos del género, como «Sweet Charity» en «Una noche más», el número que abre el montaje, o el «I feel pretty» de «West Side Story» en la canción titulada «Ya no soy la misma»; hay también pertinentes baladas románticas del estilo de las interpretadas por Rocío Dúrcal en sus primeras películas, y alguna en el tono desgarrado tan caro a algunas vocalistas de los 60.

Las coreografías resultan vistosas, vivas y coloridas; la música en directo suena bien, y las interpretaciones son magníficas. Me van a permitir que cite en primer lugar, como tributo a su veteranía, a las deliciosas Milagros Ponti y Selica Torcal, en los papeles de madre y tía de Marcelino, respectivamente. Y luego, subrayar la estupenda Maribel de Amparo Saizar, un rostro familiar de otros musicales, y que aquí se consagra como protagonista por gesto, voz y adecuamiento al personaje. Andoni Ferreño, comedido y desenvuelto cuando procede, es un medido y muy bien ajustado Marcelino, y Ester Bellver, Raquel Grijalba -¡qué divertida Niní la suya en clave de Gracita Morales!- y Chus Herranz son las tres entrañables peripatéticas que ejercen de escuderas de Maribel en este redondo espectáculo.

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