Muere el dibujante Serafín Rojo, el látigo de las marquesas
Ayer murió en Alcorcón, a los 77 años, un gran artista, colaborador de ABC y Blanco y Negro, y que fue «puntal» en «La Codorniz» de Álvaro de la Iglesia

MADRID. Serafín Rojo Caamaño, que popularizó atrabiliarias marquesas y estrafalarios toros de lidia, nació en Madrid en 1925. Durante la Guerra Civil se trasladó con su familia a Valencia, donde comenzó su fecunda trayectoria. Después de colaborar en «El peque», «Jaimito», «Pumby» o «Trampolín», se convirtió, desde finales de los años cincuenta, en látigo de las marquesas en «La Codorniz»». Como recordaba anoche para ABC Enrique Herreros, hijo del gran Herreros de «La Codorniz», Serafín ha sido «un gran veterano, un puntal, de la revista durante dos décadas». Excepcional acuarelista y pintor, realizó numerosas exposiciones e ilustró «El Quijote», «Carmen» y «La lozana andaluza». En las páginas del ave del humor, Serafín se convirtió cada semana en martillo de marquesas, a las que dibujaba ennegrecidas cual deshollinadoras, jamonas, exuberantes, de grandes moños y poco escote. El dibujante sostenía que no tenía nada contra las marquesas; simplemente le parecían graciosas y por eso las estampaba en «La Codorniz» con el tinto de verano inundando sus prominentes narices y ellas realizando auténticos ejercicios de malabarismo para no perder ni gota del tintorro. La ironía del dibujo se prolongaba a la firma, que de modo habitual era «El marqués de Serafín», con su autorretrato. En 1983, sus compañeros de la cofradía del buen humor (allí estaban Antonio Mingote, Martínmorales, el llorado Chumy, Forges...) le homenajearon en el Palacio de Velázquez.
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