Zerolo se llevó la peor parte
POR CRISTINA DE LA HOZFOTO IGNACIO GILMADRID. El concejal del Ayuntamiento de Madrid y secretario de Movimientos Sociales de la ejecutiva del PSOE, Pedro Zerolo, puso ayer todas las caras y se llevó
POR CRISTINA DE LA HOZ
FOTO IGNACIO GIL
MADRID. El concejal del Ayuntamiento de Madrid y secretario de Movimientos Sociales de la ejecutiva del PSOE, Pedro Zerolo, puso ayer todas las caras y se llevó prácticamente todas las tortas durante la concentración madrileña contra el atentado de ETA del sábado. El hecho de que fuera el rostro socialista más conocido de los que se concentró frente a la puerta del nuevo ayuntamiento de Madrid le convirtió en la diana de un grupo de exaltados que reventaron los cinco minutos de silencio, exigieron la dimisión del presidente de Gobierno y del ministro del Interior, animaron a no acudir a la concentración que para hoy han acordado las fuerzas políticas -«la de mañana es de rojos», decían- e insultaron a Zerolo hasta hartarse a cuenta de su opción sexual.
Y es que en la cita de ayer de Madrid nada fue normal. Ya la propia convocatoria pasó por distintas vicisitudes. La AVT animó a asistir, en un principio a la Casa de la Villa, sede tradicional del ayuntamiento de Madrid pero muy lejos del actual despacho del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ya trasladado al edificio de Correos
«Vete con la ETA»
«Zapatero, haz las maletas y vete con la ETA», «fuera los traidores», «vienes aquí (a Zerolo) a apoyar a la ETA» o «estáis alimentando a los criminales» fueron algunos de los gritos que pudieron escucharse durante la concentración «silenciosa». Escena que la delegación popular, con Ángel Acebes a la cabeza, aguantó con cara de circunstancias. Junto al «número dos» popular y el «anfitrión» del acto, Ruiz-Gallardón, se encontraban Ignacio Astarloa, Gabriel Elorriaga, Ana Pastor, Miguel Arias Cañete, Soraya Saénz de Santamaría, Sebastián González y Ana Botella, entre otros. También estaba el vicealcalde, Manuel Cobo, que hubo de hacer de «ángel de la guarda» de Zerolo, quien no dejó de ser insultado e, incluso, perseguido por esos mismos exaltados que le siguieron por el Paseo del Prado.
Lo cierto es que los socialistas no se estiraron mucho con su representación. Allí estaban el secretario de Política Municipal y Libertades Públicas, el diputado Álvaro Cuesta, y el portavoz socialista del Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, y para de contar, por lo que Zerolo «recibió» por todos sus compañeros.
El ambiente era tan nefasto que Acebes, que tenía previsto hacer un corrillo allí mismo con los periodistas, optó por irse a la sede de su partido y volver al formato habitual de los lunes, con los informadores a buen recaudo. Y es que también alguno fue objeto de las invectivas de los fanáticos. Incluso, hubo quien no se cortó a la hora de gritar «Rajoy, si estás con «Zeta», estás con la ETA», mientras que otros se negaban a aplaudir a Gallardón «porque está entregado al PSOE». No fue Madrid la única ciudad en que hubo problemas. En Barcelona, el abucheado fue Josep Lluis Carod Rovira; en Córdoba, los enfrentamientos los provocaron grupúsculos que sostienen la teoría conspiratoria del 11.-M. En Zaragoza, Sevilla y Málaga también hubo escaramuzas.
Ya en Génova, Acebes aseguró que «el PP nunca está a favor de ningún insulto. No compartimos insultos hacia nadie». Dados los antecedentes, ¿qué puede esperarse de la concentración de hoy?, se le preguntó. Pues que el PP «acudirá de manera libre y democrática sin insultar a nadie. Nuestros enemigos son los terroristas», dijo Acebes, que aprovechó para convocar a su partido y simpatizantes para que acudan al acto de hoy en la Puerta de Alcalá a las siete de la tarde.
En cuanto a la decisión de la AVT de no secundar esta protesta a pesar de ser el Partido Popular uno de sus convocantes, Acebes indicó que, «por mi parte, sólo escucharán palabras de respaldo a las víctimas», al tiempo que las calificó de «referente moral». En este sentido, expresó su respeto «a las decisiones que tomen», aunque no pudo evitar el recordatorio, casi de pasada, de que el PP «siempre ha estado cuando nos lo han pedido».
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