Glosa y recuerdo a Pascual Márquez
ANTONIO SANTAINÉS CIRÉSBARCELONA. Hace tiempo leí, no sé cuándo ni dónde, la sustanciosa filosofía de un escritor. Decía: «Me siento inclinado a amar a los hombres desde lejos. El contacto los hace

ANTONIO SANTAINÉS CIRÉS
BARCELONA. Hace tiempo leí, no sé cuándo ni dónde, la sustanciosa filosofía de un escritor. Decía: «Me siento inclinado a amar a los hombres desde lejos. El contacto los hace odiosos». Claro, hay excepciones. Les hablaré de Pascual Marquez. Nació en Villamanrique de la Condesa, un bonito pueblo a poco menos de 40 km. de Sevilla. Con estos lugareños se hubieran dado de bruces los filósofos y sus asertos. La admiración y cariño de los manriqueños hacia Pascual Márquez son eternos.
Pascual Márquez Díaz nació el 22 de octubre de 1914. Hijo de uno de los vaqueros de la ganadería de Moreno Santamaría. En ella entró a servir y allí germinó su afición al toreo. Pero sus frecuentes escapadas para torear hacen que salga de la finca.
¡Yo seré torero!
Entra a trabajar a la cercana hacienda de la Carolina propiedad de un señor de nacionalidad suiza. Ahora cuida vacas lecheras. Un día, Pascualillo, con lágrimas en los ojos le suplica: «¡Ayúdeme usted, yo seré torero...!»
Conmovido el buen suizo le paga un novillo en La Pañoleta. Y el público le otorgó las orejas y el rabo a Pascual Márquez. Sus progresos son evidentes y el 26 de mayo de 1935 Pascual Márquez se presenta en la Real Maestranza de Sevilla con Mariano Rodríguez, Pepete de Triana y Alcalareño. Corta orejas y sale a hombros. Consigue, pues, enardecer a los sevillanos. Ven en Pascual Márquez al torero de vitola antigua, nada estilista, en posesión de un valor tremendo, pero consciente. Crea partido y los sevillanos remontándose a un lejano pasado lo catalogan en la línea de El Espartero y Pepete III. Nada tardó en verse envuelto en una aureola de popularidad. En la plaza de Madrid se presentó el 14 de julio del mismo año lidiando novillos de Terrones con Eduardo Solórzano y Morateño. Llegó a situarse en la cabeza de los de su categoría con 23 novilladas que pudieron ser más de no haber sufrido el 12 de septiembre una cornada grave en el muslo derecho en la plaza madrileña.
Escudriño en mis papeles y descubro que Pascual Márquez debutó en la Monumental de Barcelona el 15 de marzo de 1936 alternando con Diego de los Reyes, Rodríguez Cruz y el Andaluz. Los novillos, muy bravos, fueron de Graciliano Pérez Tabernero, y por cogida de Rodríguez Cruz, Márquez estoqueó tres novillos, justificando su pundonor y valentía.
España está en guerra
El 27 de mayo de 1937 Márquez se doctora en la plaza de Sevilla de manos de Luis Fuentes Bejarano mediante cesión de un toro de Pablo Romero. De testigo Domingo Ortega. Orejas y rabo en su primero y otra cornada en el muslo en el sexto. Un gran escritor Juan María Vázquez describe en su crónica: «Las astas del que abrió plaza subían más que la montera de Pascual Márquez».
Soldado del glorioso cuerpo de Aviación, es el que más corridas benéficas torea a favor del Alzamiento Nacional. El pequeño torero de gran corazón recibe la felicitación del General Queipo de Llano.
Le veo torear en Barcelona, cuatro corridas en 1939, y dos en 1940. El 26 de septiembre de dicho año Villalta le confirmó la alternativa en Madrid -ante la presencia de Jaime Pericás- cediéndole la muerte del toro Curtidor de don Francisco Chica.
Nada desmerecen sus laureles andaluces al torear en Barcelona. Es un torero de gran pundonor y hombría. Un tipo de torero honrado, bravo, inteligente, que no entiende de trampas ni quiere aprenderlas. En la corrida del 11 de junio en Las Arenas, tuvo por compañeros a Pepe Gallardo y Curro Caro, lidiando toros de don Antonio y don José Miura. A su primero lo estoqueó de maravilla saliendo limpiamente de la suerte. Cortó las orejas y el rabo. En la del 9 de julio con un encierro grande de Concha y Sierra hubo petición y vuelta en los dos. El 20 de agosto tuvo petición y vuelta y oreja legítimamente conquistada en el sexto. El 10 de septiembre ocurrió en la Monumental un hecho inusual. El cuarto toro salió en tercer lugar y el tercero fue el cuarto. Cuando iba a intervenir Pascual Márquez surgió Vicente Barrera asegurando que el toro era cosa suya. Se iniciaba una bronca épica cuando la banda de la Cruz Roja, gracias al ingenio de su director, el maestro Ricardo Santeugini «atacó» con el fox-trot ¡Venga Alegría! cuyas primeras líneas del estribillo decían:
Sola en la vida
soltera y sola en la vida
por una mala partida...
Y la música amainó la tempestad. En las corridas del 28 de julio y 1º de septiembre de 1940 afloró su congénito valor y en ésta última dio dos vueltas en su primero por no concedérsele la oreja.
Mayo trágico
Estamos ya en 1941. En mayo, mes trágico para los toreros. Para el día 18 se ha anunciado en Las Ventas de Madrid el siguiente cartel: Seis soberbios toros de Concha y Sierra para Fernando Domínguez, Rafael Vega Gitanillo de Triana y Pascual Márquez.
Recurro a mis viejas páginas del Dígame donde K-Hito ha titulado su crónica: Dunquerque. Y escribe: «...¿Qué pasó en el ruedo? ¿Hubo desbandada? ¿Volaron los "stukas" sobre el ruedo de Las Ventas? Dunquerque, Dunquerque.
Un torero todo valor, tesón y decoro -Pascual Márquez- trueca el éxito definitivo por la cornada gravísima. Lo cogió el tercer toro al iniciar el sevillano un lance de capa (le descubrió el viento). Le clavó el asta en el pecho y lo volteó en una pirueta trágica marrón y oro».
Sobre las vísperas de la corrida hay versiones distintas: Algarra-Fuentes en un libreto cuenta: Pascual Márquez estuvo en el cerrado de Concha y Sierra. A caballo, entre el ganado, le causó extrañeza como le miraba «Farolero», un toro de pelo cárdeno marcado con el número 52. Tuvo la necesidad de esquivarle. No le gustó y encargó fuese desechado de la corrida. Antes de hacer el paseo le preguntó a un banderillero qué toros le habían correspondido y al decirle éste el 52, el torero hizo un gesto de desagrado. Con que ha venido el 52 y me ha tocado a mí.
Juan de Dios Pareja Obregón me dijo: «Eso es mentira. Ya en su tiempo mi tía se querelló. Lo cierto es que Pascual Márquez vio todos los toros. Pascual era primo del conocedor nuestro. Había estado en nuestra casa de Chiquichanca, de chaval, acarreando el agua con un burro. Mi tía le dijo: "Pascual ¿quiere usted que cambiemos algún toro?" Porque le hablaba de usted, fíjate, y lo había tenido de chiquillo allí. Y contestó Pascual: "No, señora, ésta es una corrida para hombres y voy a jugármela a Madrid. Precisamente estaba de testigo Pepe Luis Vázquez y Rafael Vázquez, el hermano. Escucharon toda la conversación».
La cornada fue espantosa. El cuerno había roto el pericardio (membrana que envuelve a modo de saco el corazón) y la punta del corazón se veía latir. La pleura había sido atravesada. El corazón se veía latir entre las manos del doctor Jiménez Guinea. Fue una triste agonía. Pascual Márquez falleció en el sanatorio del Dr. Crespo a las cuatro menos cuarto de la madrugada del día 30 de mayo.
El busto y el destino
A una calle de Villamanrique de la Condesa le pusieron el nombre de Pascual Márquez. ¡Bonito gesto! El 30 de abril de 1983 elalcalde Manuel Béjar González, interpretando el sentir de los manriqueños, descubrió a la entrada del pueblo un busto de piedra artificial a su hijo predilecto Pascual Márquez. El autor del busto fue un joven estudiante de cuarto curso de Bellas Artes, de Sevilla. Este escultor, de fina sensibilidad artística, Manuel Pedro Marín Carrasco, es hijo de Asunción que había sido novia de Pascual Márquez.
Hace unos años se estrenó un film diferente en S-8 color con el título «La amarga suerte de Pascual Márquez», de Juan C. Luque y el guión de Luis F. Lazcano.
Me hunde el lamento del poeta, ¡qué solos se quedan los muertos¡ Los manriqueños, sensibles y nobles son distintos. Mantienen su lealtad hacia Pascual Márquez. Permitidme que os dedique o mejor os brinde, en pobre pago, esta glosa a vuestro héroe legendario. Porque donde se hable de toreros valientes, él es de los primeros.
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