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Jaksche confiesa que se dopa y fue cliente de Eufemiano Fuentes

GUILLEM SANS MORASERVICIO ESPECIALBERLÍN. Las autoridades españolas empezaron a sospechar antes del Tour de 2006 que el médico Eufemiano Fuentes se dedicaba al dopaje a gran escala. Jorg Jaksche

GUILLEM SANS MORA

SERVICIO ESPECIAL

BERLÍN. Las autoridades españolas empezaron a sospechar antes del Tour de 2006 que el médico Eufemiano Fuentes se dedicaba al dopaje a gran escala. Jorg Jaksche -actual corredor del Tinkoff y ex del Polti, Telekom. Once, CSC, Liberty y Astana- negó cualquier relación con él, pero ahora admite que es él quien se oculta tras el seudónimo de «Bella», que es el nombre de su perro.

Jaksche, de 30 años, cuenta que fue el jefe del equipo Polti, Jean-Luigi Stanga, quien le incitó a doparse ya en 1997, en su primer año como corredor profesional. Stanga, hoy jefe del equipo Zabel-Rennstall Milram, ha calificado la acusación de «absurda».

Pero Jaksche asegura que antes del Tour de Suiza de ese año empezó a tomar EPO, y que poco a poco se fue acostumbrando a ella. Comenta que no era consciente de estar haciendo nada malo: «Es perverso, pero el sistema del dopaje es justo, porque todos se dopan. El ciclismo sin dopaje sólo sería justo si realmente nadie se dopara».

Jaksche consiguió un contrato en el equipo Telekom gracias a su buen rendimiento, que se explica en parte por la ingestión de EPO. En el Telekom siguió contando con «ayuda médica» porque el jefe del equipo, Walter Godefroot, no ignoraba el tema. «La dirección del equipo lo sabía todo. Era un sistema firmemente establecido. Godefroot no se preocupaba de asegurar que nadie se dopara, sino de que no se doparan mal».

Temor a los controles

Eso sí, antes del Tour de 1999 Jaksche dejó de doparse temporalmente por miedo a los controles y redadas. Llegó a París en el puesto número 80. «Día a día esperas que el ritmo disminuya. Tienes que esforzarte más y tardas más en recuperarte. No podía estar a la altura en ningún lugar y tuve la impresión de ser completamente prescindible».

Un redactor de «Der Spiegel» se puso en contacto con Jaksche en septiembre pasado para preguntarle si quería hablar en detalle del dopaje en el ciclismo alemán y de las conexiones con el caso Fuentes. Jaksche fue revelando poco a poco informaciones sobre su relación con el dopaje al periodista, que le confrontó con detalles de la investigación española. Jaksche siguió dopándose en el Telekom, el Once, el CSC y el Liberty Seguros. Los controles se intensificaron y la ingesta de EPO era cada vez más fácil de descubrir, por lo que los ciclistas buscaron otras sustancias.

En 2005, Jaksche se puso por primera vez en contacto con Fuentes. «No es ningún carnicero español, tiene algo genial en sí, aunque a veces se vuelve un poco loco. De vez en cuando también cruza con el semáforo en rojo, para ver qué pasa». El ciclista se convirtió así en cliente de Fuentes y practicó el dopaje con su propia sangre, un método casi olvidado para aumentar el rendimiento.

Es muy sencillo: se le extrae sangre al deportista y se le vuelve a inyectar semanas más tarde antes de la competición, con una mayor concentración de glóbulos rojos. Tiene la ventaja de que no se puede descubrir. «Fuentes era un maestro del camuflaje. Ninguno de sus clientes sabía de los demás».

Poco antes del Tour de 2006, las autoridades españolas dieron con una lista de clientes del médico: Ullrich, Basso, Jaksche y otros. A principios de mayo, Jaksche habló con periodistas de «Der Spiegel» en su casa de la Toscana. Espera que su confesión tenga efectos atenuantes, porque no quiere abandonar la profesión.

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