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Dónde degustar espinacas con garbanzos, la tapa estrella de la Cuaresma de Sevilla
La ciudad mantiene extraordinarias tradiciones en estas fechas, y una de ellas es esta tapa por excelencia
Desde el Miércoles de Ceniza Sevilla vive en otro mundo. La llegada de la Cuaresma hace que la ciudad, la gran mayoría de sus habitantes, añada a sus quehaceres cotidianos unas vivencias en torno a las Hermandades y Cofradías. Quinarios, triduos, septenarios, besamanos... todo confluye en Sevilla.
Y junto a ello, una Cuaresma gastronómica en la que se siguen manteniendo tradiciones en cuanto a platos y tapas que vuelven a repetirse cada año y que transmiten de generación en generación de taberneros y propietarios de establecimientos tanto emblemáticos como de nueva creación.
El bacalao en un sinfín de formas cocinado (pavías, frito, con tomate, en salazón incluso), croquetas de puchero, de jamón o también de bacalao... y si entramos en postres, las torrijas y los pestiños propios de estos días.
Pero, sin lugar a dudas, la tapa por excelencia de la Cuaresma sevillana son las espinacas con garbanzos. No hay mejor plato para definir los días de vigilia. Receta sencilla pero plena de sabor y con muchas interpretaciones. Y en la capital de Andalucía tenemos inmejorables lugares donde degustar este manjar.
De toda la vida
Como resulta imposible enumerar todos y cada uno de los establecimientos que ofrecen esta tapa, ofrecemos unos cuantos en los que las espinacas con garbanzos son todo un referente. En primer lugar, El Rinconcillo . El bar más antiguo dispensa esta exquisitez de una forma excepcional. Tapa y receta patentada en pleno centro de Sevilla. Aunque no vive sólo de ella. Y si no, prueben el bacalo con tomate, los pavías de bacalao, el menudo, la carrillada... todo pide pan, sí señor.
Sin apartanos del centro de la ciudad, justo detrás de la basílica del Gran Poder, donde habita el Señor de Sevilla, nos encontramos con Casa Ricardo (antigua Casa Ovidio) . Famosa por sus croquetas, las espinacas con garbanzos también ocupan un lugar preferente. Junto a ellas, lomo con pancenta, flamenquín, merluza rellena, boquerones; el solomillo...
En Mateos Gago se afianza de manera poderosa La Fresquita , donde el ambiente cofrade es inmejorable. El menudo, la carne con tomate, la ensaladilla y sus montaditos variados conviven con las espinacas con garbanzos a las que hay que acompañar con un buen vaso «sevillano» de Cruzcampo.
Todo bar que se precie en Sevilla incluye esta tapa en su lista
Las Teresas es otro de esos establecimientos, en pleno corazón del barrio de Santa Cruz, que llevan toda la vida. Los jamones que cuelgan y parecen desafiar a la clientela que se sitúa debajo tienen el complemento perfecto en sus espinacas con garbanzos, tapa estrella sin duda junto con el tapeo tradicional.
No dejen de pasar por el bar La Muralla a la hora de hablar de las espinacas con garbanzos. Situado en la calle Adriano, el ambiente taurino no está reñido con esta tapa cuaresmal. Como tampoco su carrillada, sus croquetas y, como no podía ser de otra forma, su cola de toro.
Alarguémonos hasta el barrio de Pío XII. Allí, Pepito el de El Tremendo sorprende con esta tapara perfecta en cuanto a ejecución y textura. Sin olvidarnos de su rosada con gulas, sus higaditos de cordero o su inconmensurable ensaladilla de gambas. Ojo, y los pavías. «Pa» gritarles un «¡oooole!» así de grande.
Buscamos cerca de la Plaza Nueva y encontramos otros dos establecimienos donde las espinacas y sus garbanzos están permanentemente en la lista de tapas. Uno es Casablanca , a pie de la Avenida de la Constitución. Y también encontramos la tortilla al whisky, la carrillada al vino tinto, la anchoa y los boquerones envinagre, o la hamburguesa de bacalao. Y yendo por Canalejas desembocamos en el Donald . Aquí las espinacas con garbanzos compiten con uno de los mejores sitios donde sirven la ensaladilla.
Muy cerquita, en la calle Zaragoza, se asienta La Escamocha , bar que tiene tres años pero que ha sabido dar con el gusto y paladar de todo aquel que entra por sus puertas. Carrillada, pisto, ensaladilla... y espinacas con garbanzos. ¿Cocina tradicional? Cocina de toda la vida.
Extramuros y Triana
Salimos de la Sevilla céntrica para situarnos extramuros y cruzar también el río. Primero en una zona cuajada de estudiantes, en Avión Cuatro Vientos. Allí está el Bar Rosita, famoso por sus caracoles pero en el que las espinacas con garbanzos ocupan un lugar preeminente. Dos tapas a las que hay que unir una lista inerminable para que se nos haga la boca agua. Basten estos ejemplos: filete de pollo, pincho moruno, sangre encebollada, manitas de cerdo, albóndigas caseras, caldereta de venado... ¿Seguimos?
Y en Triana hay que pararse, nada más cruzar el Puente de Isabel II, en la calle San Jorge, está Casa Manolo . Una institución en el barrio y en Sevilla. Su lista, igualmente, tan larga como suculenta. Y en ella las espinacas con garbanzos se hacen fuerte en las preferencias. Pero no dejen de pedir, por ejemplo, el escalope a la Milanesa, su pescaíto frito, su menudo...
Llegamos a esa frontera invisible que delimita Triana y Los Remedios. En la calle Virgen de las Huertas está Los Cuevas , establecimiento emblemático en Sevilla. Su carta hace que, al leerle, el estómago comience a emitir una serie de sonidos propios del lugar en el que nos encontramos. Carne con Tomate, albóndigas, croquetas de puchero, espárragos trigueros... y las espinacas con garbanzos.
¿Hay más bares que sirven este manjar? Por supuesto que sí. Aquí dejamos sólo una pequeña muestra de cómo Sevilla mima el plato estrella de la Cuaresma. No se queden sólo con éstos. Busquen más. Se sorprenderán.
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