Familia
Cómo detectar si un «¡Me duele la tripa!» es una excusa para no ir al cole
El dolor abdominal es frecuente desde el nacimiento a los 6 años; el de piernas de los 3 a los 7 años y, a partir de los 7 años, el dolor de cabeza

¿Qué madre o padre no se ha sentido en un mar de dudas cuando su hijo pequeño le ha dicho que le duele la tripa a la hora de levantarse por la mañana para ir al cole? ¿Excusa o enfermedad?
Los especialistas en la materia aseguran que no hay una fórmla mágica para saber si nos dicen la verdad o no los niños. Con la sospecha dando vueltas sobre la mente de los padres, si se decide llevarle al colegio, lo habitual es que sientan cierto sentimiento de culpabilidad por si es verdad que le duele la tripa a sus hijos. Si se le permite dejarle en casa es normal pensar que el niño ha ganado la batalla y, además, se culpen los padres de ser muy protectores.En la mayoría de los casos, cuando dicen que tienen un dolor es que lo tienen
Entonces, ¿cómo actuar? Algunos pediatras consideran que no es frecuente que los hijos digan que les duele algo para no ir al colegio. «Los niños suelen ser muy sociables y les encanta ir a la escuela a aprender y jugar con sus amigos —apunta José María Paricio, pediatra y autor de «Tú eres la mejor madre del mundo»—. Por eso, en la mayoría de los casos, cuando dicen que tienen un dolor es que lo tienen. A los niños les duele muchas partes del cuerpo y no se sabe muy bien la causa, pero igual que les viene, se va».
Aunque hay niños que hacen trampa y engañan a sus padres, éstos deben también dejarse llevar por su sentido común e intuición. «Una buena forma de empezar es preguntándole si el dolor es intermietnte, si es cambiante, si le dura mucho, si cuando come le duele o si es después de comer, si le despierta por la noche... Muchas madres pueden saber si su hijo miente o no por la actutud que muestran y por su estado general —añade Jesús García, presidente de la Sociedad de Pediatría Social de España—. No obstante, es recomendable que observen si el supuesto dolor ha alterado la vida del niño, si manifiesta que le duele a lo largo del día, si la molestia se da solo en casa, o también en la calle o colegio... Lo más importante es descartar que detrás de un supuesto dolor de tripa no hay un problema emocional del niño: necesita más atención, en el colegio le marginan, sus padres discuten demasiado...
Si el dolor persiste...
«Habrá que llevarle al médico si la dolencia persiste más de una semana o si el dolor no mejora en 24 horas —asegura Jesús García—. También cuando hay molestia a la hora de orinar, tiene diarrea, vómitos o tiene fiebre más alta de 38 grados. No obstante, soy consciente de que el umbral del dolor es muy bajo en nuestra sociedad y las madres llevan a sus hijos al médico el mismo día que le empieza a doler o, como mucho, al día siguiente».
Las causas del dolor pueden ser muy variadas: infección de orina, estreñimiento, fisura anal, sinusitis, exceso de bebidas carbonatadas, de alimentos muy fritos y gaseosos... o problemas mayores como una apendicitis. «Cuando tienen entre 3 y 4 años, en muchos casos les puede doler porque no toleran la lactosa de la leche. Basta con quitarles la leche una semana y observar qué ocurre», apunta José María Paricio.
Asegura que el dolor abdominal es recurrente en niños desde los primeros años y hasta los 5 ó 6 y coincide también con el dolor de piernas de entre los 3 y 7 años. «Solemos decir que el dolor de piernas se debe al crecimiento, aunque en realidad no se sabe con exactitud la causa, pero tranquilizamos mucho a las madres», prosigue Paricio.
A partir de las 7 años es cuando empieza a tener más dolor de cabeza y jaquecas, «que nada tienen que ver con el que padecen los adultos, puesto que en los menores basta con que descansen y se les administre un parecetamol para que se les pase», concluye Paricio.
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