Así es el nuevo John Galliano rehabilitado

Sin maquillaje, sin perilla ni barba, con su largo cabello teñido recogido en una coleta baja, camisa celeste sencilla y americana azul marino. También se ha deshecho de los piercings. Voz baja y mucho respeto, con un semblante triste. Y midiendo sus palabras, tomándose tiempo para responder a cada una de las preguntas que se le hacen. Así es la nueva imagen de John Galliano, su nuevo «yo» rehabilitado y alejado (al menos por ahora) de las excentricidades que siempre le acompañaban.

Esta fue la actitud con la que se presentó ante las cámaras del presentador estadounidense Charlie Rose en la que ha sido su primera aparición televisiva desde que fue despedido de como director creativo de Dior en 2011 tras el incidente de los comentarios antisemitas . Su primer acercamiento consentido ha sido una extensa entrevista en «Vanity Fair» en la que admite que las drogas y el alcohol que consumía en esa época le llevaban directo a un psiquiátrico o a la tumba. Y parece que gracias a aquel incidente terrible, hoy está vivo. Sobre su recuperación, asegura que está muy centrado y que es un «proceso que durará toda la vida».

¿Se arrepiente de sus comentarios antisemitas? El presentador no dudó en ir directo al grano, el diseñador respondió lo que se esperaba. Se arrepiente, entiende que eran declaraciones de odio antisemitas. «Pido perdón e intento enmendarlo de la mejor forma que puedo», explica. «Era un bebedor empedernido. No recuerdo haber estado allí. No recuerdo el momento en que dije aquello», dijo. «Sólo sé que no soy un racista. Sé que no lo soy». Charlie Rose también le preguntó por el suicidio de su compañero de profesión Alexandre McQueen. «Lo entiendí, entiendo esa soledad, ese dolor».

Óscar de la Renta le ofreció la segunda oportunidad tras la tormenta y la calma de la rehabilitación. «Hacía dos años que no estaba en un estudio. Tuve un ataque de pánico cuando llegué, pero al ver a los sastres, a las costureras, al tocar los tejidos…me relajé», explica. Se ha sentido «humillado» por la suspensión del curso que iba a impartir en la escuela Parsons , pero afronta el futuro con ganas. Se siente con fuerza y capaz de volver a hacerlo, pero que antes «debe elegir bien sus pasos, debe ser perdonado». Su objetivo creativo es el de siempre: «Hacer que las mujeres sueñen, disfrutar del proceso creativo».