Los diferentes ritmos de vida acabaron con el amor de Eva González y Cayetano
Parecía una crisis temporal, pero las filtraciones han ahondado sus diferencias. Él se ha tomado un parón en su carrera y ella no para de trabajar

Ni siquiera los más íntimos amigos de Cayetano Rivera (36 años) y Eva González (33 años) estaban al tanto del final sentimental de esta pareja cuyos inicios se remontan a cinco años atrás. Por eso, hoy los dos están alucinados porque esta noticia se haya filtrado a la prensa, y de ahí que tengan sus sospechas sobre el topo que ha hablado más de la cuenta. Se cree que el responsable de que hoy su crisis más seria esté en boca de todo el mundo podría ser alguien de su entorno más próximo –incluso un familiar–, con la dificultad que eso supone a la hora de intentar superar el momento.
«Que se haya hecho público no sólo no ayuda, sino que empeora aún más la situación», asegura un amigo de la pareja que también está muy sorprendido con la decisión. «Creía que era un crisis que podían superar. Pero me da mucha tristeza que no sea así», añade.
Lo cierto es que hace apenas un mes moría en Sevilla el padre de la modelo y presentadora. Aunque estaba delicado, ese final fue todo un golpe para Eva, quien le quería mucho ya que es una mujer muy apegada a los suyos. En esos momentos, Cayetano fue quien se encargó de todo. Con su habitual discreción y siempre queriendo situarse en un segundo plano, se ocupó de los trámites necesarios. Era el único hombre de la casa y el encargado de consolar no sólo a su novia, sino también a su madre y hermana .
Desbordada por el trabajo
Pero esa entrega silenciosa no ha sido suficiente para que la pareja continuara unida. «Eva está desbordada. Por una parte sigue muy afectada por la pérdida de su padre y, además, ahora está volcada en su madre. También por el trabajo. Es una mujer muy vital y yo creo que el problema está en que los ritmos de ambos son muy distintos» , añade esa fuente.
Lo cierto es que desde que Cayetano Rivera anunció su retirada temporal de los ruedos, la pareja ha circulado a distinta velocidad. Cayetano ha pasado su particular crisis personal y en ese tiempo ha querido impulsar la Fundación Yo Niño para colaborar con distintas organizaciones que ha creado junto a sus hermanos y Eva.
También se ha puesto a estudiar, aunque hay quien asegura que el próximo verano le veremos en los ruedos. «No hay terceras personas, de eso estoy seguro» , añade su amigo. Este final no tiene nada que ver con el que Eva vivió con Íker Casillas .
Igual que con su ex
Por entonces sí se habló de supuestas infidelidades y el fuerte carácter de una Eva que no estaba por la labor de hacer oídos sordos. En este caso, todos coinciden en señalar que la convivencia entre una mujer imparable y un hombre que ha quitado el pie del acelerador para reflexionar y ver las cosas de otra manera ha sido devastador y el motivo de este final. De carácter decidido, Eva es una mujer hecha a sí misma con todo lo que eso implica. Su historia de amor con Iker Casillas fue casi tan mediática como su posterior relación con el torero.
También cuando Cayetano se separó de su mujer Blanca Romero se dijo que había diferencias de ritmos. El diestro pidió la nulidad matrimonial seguramente para casarse algún día con Eva y, pese a conseguirla el pasado mes de febrero el compromiso no llegó.
Por eso no son ciertos los rumores que salieron varias veces sobre supuestos planes de boda. Vivían juntos en el piso de Cayetano en Madrid —del que Eva ya se ha llevado sus cosas— pero nunca planearon ese enlace. El silencio que hoy guarda la pareja sobre este asunto que consideran privado y muy doloroso contrasta con las declaraciones que en su día hizo Blanca Romero, madre de la hija a la que Cayetano dio sus apellidos tras casarse con la asturiana: «Cayetano es la persona a quien más quise nunca (y no sé si llegaré a querer a alguien igual o no) y la persona por la que más querida me sentí también . Entonces es muy duro... Pero la cosa no funcionaba hace tiempo. Y era tirar de la cuerda... y la cuerda un día se rompe de tanto tirar. Y se rompió. A mí me queda la conciencia muy tranquila, porque hice todo, puse todo de mi parte, absolutamente todo, incluso lo que estaba por encima de mis posibilidades de aguantar ya».
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