Sarah Ferguson: «Andrés siempre será mi príncipe guapo»

La inesperada visita de Sarah Ferguson a la residencia estival de la Reina Isabel II en Balmoral hace unas semanas desató con fuerza los rumores de reconciliación con el príncipe Andrés de Inglaterra. Ambos disfrutaron de unos días estivales junto a sus hijas, algo que no sucedía desde su divorcio en 1996. Poco después, el diario Daily Telegraph se apresuró a anunciar una posible boda, a raíz de unos comentarios del círculo íntimo de la pareja. Ahora es la propia Fergurson la que ha vuelto a hacer sonar las campanas de boda. «Andrés siempre será mi príncipe guapo», declaró durante un evento literario en Bath (oeste de Londres) donde presentó su último libro.

A pesar de que los portavoces del duque de York y su ex mujer desmintieron el que hubieran retomado su relación, el cariñoso tono en que Ferguson describió su historia de amor ante un público infantil parece indicar todo lo contrario. «Conocí a un príncipe guapo y él era muy muy atractivo y tuvimos una bonita boda. Las mamás y los papás del público pueden recordarla: creo que pudieron tener el día libre. Él todavía es mi príncipe guapo. Realmente creemos que somos buenos padres para nuestras niñas».

La pareja, que se casó en la Abadía de Westminster en 1986, se separó en 1993 y tres años después se divorció, pero en las últimas semanas los tabloides británicos no han descartado la posibilidad de que Sarah y Andrés decidan volver a casarse. Actualmente viven juntos en el Royal Lodge en Windsor, la antigua casa de campo de la Reina madre, y él ha seguido dando apoyo económico a «Fergie» desde que se divorciaron siempre que lo ha necesitado.

Hace ya dos años, en una entrevista en Harper's Bazaar, la duquesa de York hacía unas declaraciones en la misma línea: «Lo amo. Es mi alma gemela. Es realmente lo que dijimos ante Dios en el altar: nos amaremos y respetaremos hasta que la muerte nos separe».

En los últimos años, Ferguson ha quedado en el ojo del huracán informativo tras ser filmada por un dominical vendiendo favores de su ex marido a cambio de una ingente suma de dinero. «Usted cuide de mí y él cuidará de usted», aseguró la duquesa de York en 2010 al periodista de News of the World que se hizo pasar por un acaudalado hombre de negocios para tenderle la trampa. Medio millón de libras (574.000 euros) exigió la duquesa de York para poner en contacto a su interlocutor con el tercer hijo de la reina Isabel, quien ejercía de representante especial del Reino Unido en el área de comercio e inversiones.