Los Palatchi y Pronovias, un matrimonio perfecto

La saga de los Palatchi, vinculados al mundo de las novias, arranca con Alberto Palatchi Bienveniste que llegó a Barcelona con una maleta llena de bordados en 1922 procedente de Turquía. Aquel vendedor ambulante abrió una tienda de telas para novias en las cercanías de la Plaza Cataluña, que bautizó como La Suiza. Sin duda fue un buen comerciante, lo que le permitó que su hijo Alberto Palatchi Ribera (Barcelona, 1949) estudiara en la prestigiosa escuela de negocios ESADE.

En la actualidad, Alberto, más conocido como «Tito», lidera Pronovias, unos de los grupos más importantes del mundo de moda nupcial que arrancó en 1964. Junto a él está su mujer, Susana Gallardo, con la que tiene tres hijos: Gabriela, Alberto y Marta. Susana, que pertenece a la familia de los laboratorios Almirall, es vicepresidenta de Pronovias y consejera de CaixaBank.

La mujer de Palatchi estudió en la escuela Europea Aula en Barcelona, se graduó en Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Oxford y pronto empezó su vida laboral en el mercado interbancario en Londres. Ahora combina los negocios con una faceta altruista que lleva a cabo a través de la Fundación Bienvenido, Casa Teva, Aurea, Hospitalitat de la Mare de Déu de Lourdes y África Viva. Tras su paso por el extranjero tiene la obsesión de que sus tres hijos estudien fuera y dominen otras lenguas.

La pareja Pronovias acude a la mayoría de actos sociales de Barcelona y pasa sus vacaciones entre el mar y la montaña. En Menorca disfruta de su velero particular, con largas jornadas; y en Puigcerdà (Girona) ambos practican el golf. El matrimonio mantiene dos mansiones fantásticas para el ocio donde reúnen a sus amigos. En la parte profesional, los espectaculares desfiles anuales de Pronovias son su cita obligada con todos los seguidores de la firma.

La imagen de Alberto Palatchi y Susana Gallardo es impoluta. Por otro lado, ambos siempre han tratado de no aparecer en el foco mediático. Un deseo que, a tenor de los sucedido esta semana, se ha desvanecido.