Vía libre para el renacer del histórico frontón Beti-Jai

Según ha podido saber ABC, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprobará hoy de forma inicial el plan especial que dará vía libre a la reforma del complejo situado en la calle de Marqués de Riscal, 7 (distrito de Chamberí). Esta es la segunda vez que el consistorio tiene que emprender este largo camino burocrático. Un fallo en la tramitación del gobierno de Manuela Carmena ha obligado ahora a tener que desandar los pasos dados para poder desbloquear el proyecto.

Los tribunales estimaron en dos sentencias de noviembre de 2018 parte de la demanda de la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio (MCyP) y el recurso completo presentado por la entonces edil socialista Mercedes González, actual delegada del Gobierno. El TSJM constató que el consistorio no incluyó en 2017 los informes de impacto económico-financiero, acústico -al estar situado en una Zona de Protección Acústica Especial- y de género que eran obligatorios para su aprobación definitiva.

No obstante, «las cuestiones de fondo planteadas sobre el objeto y el alcance técnico del plan fueron desestimadas». Ya con las sentencias firmes sobre la mesa, el pasado 2 de marzo el Área de Desarrollo Urbano, que dirige Mariano Fuentes (Cs), comenzó de nuevo a elaborar el texto con las correcciones y omisiones señaladas por los tribunales.

«La declaración BIC cita como uso característico el deportivo, si bien se estima que podría albergar otros usos siempre que se respeten los valores fundamentales que definen el inmueble, entendiendo como tales la comprensión de su configuración espacial, los materiales y sistemas constructivos originales y la decoración propia de cada una de sus partes», indica el informe previo a la Junta de Gobierno. Esto implica que el uso principal será el de «deportivo singular», pero también se admitirá el de «equipamiento cultural y educativo» como «usos alternativos».

Se podrá autorizar también «el cubrimiento del patio y de la cancha de juego, de modo que la superficie no compute a efectos de edificabilidad». «La cubierta será traslúcida, ligera y disociada de la edificación, sin afectar a los valores que motivaron la declaración del inmueble como BIC, de forma que desde el espacio interior se pueda seguir apreciando con nitidez el tratamiento de fachada urbana, creando la percepción de plaza pública», recoge el informe.

El plan especial aprobado hoy por el ayuntamiento autoriza asimismo un incremento máximo del 10 por ciento de la edificabilidad, es decir, 457 metros cuadrados más, que se situarán bajo la cancha. El aparcamiento subterráneo que se planteó en un inicio, sin embargo, queda descartado: «Dadas las condiciones del edificio y sus valores patrimoniales, no se admite el uso de garaje al servicio de los usos dotacionales», consta en el escrito que ya ha sido validado por la Comisión local de Patrimonio Histórico.

Tras superar el periodo de alegaciones, el plan especial tendrá que ser refrendado por el pleno municipal, por lo que no verá su visto bueno definitivo hasta la próxima primavera. A continuación, será el Área de Cultura el que tendrá la pelota en su tejado para poner en marcha el proyecto de reforma.

Durante el mandato de Carmena se lanzó un concurso internacional de ideas para rehabilitarlo al tiempo que se tramitaba el plan especial que autorizaba los usos del espacio. Precisamente, la cubierta de vidrio mecánica desmontable fue uno de las señas de identidad del diseño que ganó, un aspecto que sembró la discordia y que llevó el asunto, de nuevo, ante la Justicia. El colectivo en defensa del patrimonio MCyP volvió a llevar el caso a los tribunales por considerar que se incumplían las bases de la licitación.

El proyecto bautizado como 'Bizitza Berria' planteaba situar a nivel de la cancha los vestuarios y los almacenes. En la segunda planta, reservarían espacio para la administración y una sala de exposiciones, ligada siempre al deporte. En los pisos donde se sitúan las gradas estaba previsto adecuar varias pequeñas zonas de cafetería con vistas a la pista.

En cuanto a la cubierta, el consistorio exigió en el pliego que el 25 por ciento del techado (435 metros cuadrados) tendrían que estar desprovistos de cobertura para garantizar su ventilación. Por ello, el equipo de arquitectos ideó un cerramiento de vidrio provisto de «sistemas de apertura mecanizada» y toldos enrollables.

El proyecto fue diseñado por Javier Coronado y Amelia Rodríguez, con René Martínez como colaboradora. Y ellos serán los que a partir de primavera tendrán que reformular su propuesta para adaptarla al nuevo plan especial, según confirmaron a este diario desde la dirección general de Patrimonio del ayuntamiento.

«Aunque el plan especial recoja que se podría instalar una cubierta de vidrio como la que los arquitectos plantearon originalmente, el proyecto no tiene por qué recogerlo. Queda un largo periodo de alegaciones, se tendrá que adaptar al nuevo plan especial», matizan desde la concejalía que lidera Andrea Levy (PP).

El ayuntamiento, que expropió el inmueble a la empresa Tercosul Gestión en 2015 por 7 millones de euros, comienza hoy una nueva cuenta atrás para recuperar los días de gloria de este singular edificio, que es el frontón urbano más antiguo del mundo.