En busca de contratos por 4.561 millones en Omán
El Rey: «España está retomando la senda del crecimiento y el capital extranjero vuelve»

La palabra que más se ha repetido estos días en el imponente Palacio Al Alam, de Mascate, donde se hospeda el Rey de España y parte de su delegación, ha sido «trust» (confianza en inglés). A ella se refirió varias veces el Sultán de Omán , Kabús, durante la cena que ofreció la noche del martes a sus invitados españoles, y ayer la volvieron a repetir los miembros de su Gobierno durante el encuentro económico que celebraron con empresarios de los dos países. El Sultán es un hombre poco hablador. Dice que «si las palabras son plata, el silencio es oro». Por eso, lo poco que dice tiene mucho valor, y en esa cena dejó clara la larga relación que mantienen las dos Monarquías y su deseo de cultivar esa relación en beneficio de los dos países, pero no con una cena, sino a largo plazo.
Kabús también es un hombre detallista y refinado, que cuida hasta el menor de los detalles. Mientras sus 300 invitados degustaban un menú de once platos, a través de las celosías que rodeaban el inmenso salón se filtraba la música que interpretaba en la habitación de al lado su propia orquesta sinfónica, compuesta por 90 músicos, fundamentalmente piezas españolas (algún pasodoble), marchas militares escocesas (reminiscencias de su formación británica) y música árabe.
La cena, que terminó a tiempo para que el Rey y el resto de la delegación pudieran ver por televisión el partido de fútbol en el que el Real Madrid se clasificó para la final de la Liga de Campeones, fue el preludio de una intensa jornada económica en la que Don Juan Carlos respaldó la «sólida reputación internacional» de las empresas españolas ante las autoridades y los hombres de negocios omaníes que asistieron al encuentro empresarial celebrado en el mismo palacio.
«En la dirección correcta»
Tal y como hizo en Emiratos Árabes Unidos y en Kuwait , el Rey les describió la esperanzadora perspectiva de la economía española tras una crisis que ha ocasionado una «dolorosa pérdida de puestos de trabajo». «España está retornando a la senda del crecimiento económico, y el capital extranjero está volviendo con fuerza a nuestro país», les dijo en inglés. «Aunque aún queda un largo camino, las cifras indican que vamos en la dirección correcta».
En el encuentro económico también intervinieron los ministros españoles de Defensa, Pedro Morenés; de Industria, José Manuel Soria, y de Fomento, Ana Pastor. Esta última les invitó a ver un vídeo grabado en árabe con música española de fondo sobre las infraestructuras españolas más espectaculares y, a juzgar por los comentarios que se hacían los omaníes, parece que fue lo que más les gustó.
En nombre del Sultanato, el ministro de Industria, Ali bin Masud bin Ali Sunaidy, relató a las autoridades y los empresarios españoles los sectores en los que España podría aportar su experiencia . Aparte de las infraestructuras, para las que Omán cuenta con un presupuesto de 50.000 millones en los próximos años, el ministro omaní citó otros como el turismo y el procesamiento de alimentos. También intervinieron tres empresarios españoles, que relataron su amplia experiencia internacional y se mostraron orgullosos de poder contribuir a modernizar «este bello país». Estos fueron José Lladó (Técnicas Reunidas), Alejandro de la Joya (Ferrovial) y Salvador Gabarró (Gas Natural Fenosa).
«Una pica en Flandes»
Tras el encuentro empresarial, los Gobiernos de España y Omán firmaron cuatro acuerdos de colaboración en presencia de Don Juan Carlos. Y, en ese clima de confianza, los ministros de Fomento, Defensa e Industria defendieron ante sus homólogos omaníes la solvencia de las empresas españolas, a las que ya se han adjudicado concursos por valor de 1.264 millones de euros, pero que ahora aspiran a participar en otros proyectos que suman 4.561 millones. El más importante de estos es el trazado de un tramo de mil kilómetros de la línea de ferrocarril de Omán, presupuestado en 350 millones. Si las empresas españolas lo consiguen, sería poner «una pica en Flandes», según fuentes oficiales, pues abriría la puerta a nuevas adjudicaciones, pero también hay hospitales, puertos, aeropuertos, carreteras, desaladoras y plantas térmicas a las que aspiran empresas españolas.
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