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Grifols, un empresario subvencionado que quiere la secesión de Cataluña
La multinacional de hemoderivados recibe del Gobierno préstamos para invertir en el exterior y subvenciones

Siendo ya entonces un gigante en su sector, hasta 2010 poca gente sabía del grupo emrpesarial Grifols, dirigido por el empresario catalán Víctor Grifols , quien durante esta semana ha animado a Artur Mas a «no arrugarse» y a avanzar hacia la independencia.
La revelación, vía Wikileaks, de la serie de activos que el departamento de Estado norteamericano consideraba estratégicos en el planeta, puso el foco sobre la compañía. Así, en España, la administración estadounidense apuntaba como «activos» a seguir el estrecho de Gibraltar , el gasoducto que une a la Península con Argelia y una división de negocio del grupo Grifols, concretamente la de producción de proteínas terapéuticas derivadas del plasma humano.
De esa revelación han pasado cuatro años, un abismo en términos empresariales, en los que Grifols ha seguido creciendo hasta convertirse en el gigante de los hemoderivados que es hoy: con una facturación de 2.741 millones de euros, el 92,4% procedente del extranjero.
En el caso de Cataluña, y en el campo de la política, estos cuatro años también representan un abismo en el que el proceso soberanista ha obligado a sus empresarios a tomar postura, casi más a la fuerza que por gusto.
Si en general la mayoría ha optado por ponerse de perfil, unos cuantos han levantado la voz para desmarcarse del proceso soberanista: con más o menos matices rechazan José Manuel Lara, Josep Oliu, Isidre Fainé, Joaquim Gay de Montellà...
Y en el campo soberanista también hay adhesiones, pero siempre por parte de pequeños y medianos empresarios, con su negocio centrado en Cataluña y, por tanto, con menos miedo a las consecuencias del proceso.
En este contexto, y mientras Artur Mas asistía desesperado a un partido en el que por número y relevancia los contrarios al proceso ganaban a los favorables, Víctor Grifols, presidente de Grifols, salía el pasado jueves en defensa de la consulta: «Presidente, tire adelante, no se arrugue». Con su empresa en el IBEX 35 y en el Nasdaq estadounidense, de nuevo bajo el foco mediático.
El grueso de su negocio se sitúa en Estados Unidos, un modelo de país que querría para España. Favorable al « derecho a decidir », explicaba en la CNN que «si Cataluña pudiera convertirse en California, que es un estado, un estado federal que pertenece a los EE.UU., entonces votaría sí».
2.637 empleos en España
Aunque citada como una de las empresas punteras por la oficina de la Marca España, Grifols sin embargo no se ha integrado en el Foro de Marcas Renombradas. Sí ha recibido subvenciones por valor de 7,03 millones, en su mayoría de capital, las que se reciben de manera genérica por nuevas inversiones.
También se ha beneficiado en años anteriores de préstamos de coinversión del Fondo para Inversiones en el Exterior (FIEX), así como ayudas para investigación.
Grifols preside un grupo que conserva en España a 2.637 empleados (de un total de 11.799 trabajadores en todo el mundo), repartidos en sus dos plantas de Barcelona y Murcia. Entre 2014 y 2016 invertirá en todo el mundo unos 600 millones de euros. Sus declaraciones siempre generan controversia. Sobre una hipotética deslocalización en caso de independencia, ha asegurado que, de irse, «no sería a Madrid, antes me voy a Gibraltar».
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