Miles de españoles dan las «gracias» a Suárez en un emotivo cortejo fúnebre
Los ciudadanos han acompañado a la familia entre el Congreso y la Plaza de Cibeles y han pedido a los políticos que tomen ejemplo del primer presidente de la democracia

Miles de ciudadanos han despedido al presidente Adolfo Suárez al paso del cortejo fúnebre, en un recorrido que ha resultado impresionante por el respeto y el agradecimiento que han expresado todos al primer jefe del Gobierno de la democracia. La emoción ha llenado el centro de Madrid desde que el féretro ha salido del Congreso, por la Puerta de los Leones, hasta que ha llegado a la Plaza de Cibeles, donde los españoles han despedido con un largo aplauso los restos mortales de Suárez, que se han trasladado desde allí hasta Ávila. [ Sigue en directo los homenajes a Suárez ]
La capilla ardiente volvió a abrirse esta mañana sobre la siete, una hora antes de lo previsto por deseo expreso de la familia, ya que el frío apretaba en Madrid y ya había gente haciendo cola para expresar su respeto a la familia Suárez. La noche anterior había cerrado sobre las 2.30 de la madrugada, y en total se calcula que han pasado más de 30.000 personas, con un respeto escrupuloso. [ Galería: solemne adiós a Suárez ]
A las diez se ha cerrado definitivamente la capilla ardiente y la familia se ha quedado en la intimidad para dar la última despedida a Adolfo Suárez. Una hora después, un piquete de honor ha transportado el féretro desde el Salón de los Pasos Perdidos hasta el pie de la escalinata de la Puerta de los Leones, donde esperaba un armón de la Artillería. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy , presidía los honores militares. A un lado de la escalinata, todos los diputados y buena parte del Gobierno; al otro lado, la familia de Suárez y allegados. El Himno Nacional ha recibido el féretro en la Carrera de San Jerónimo. El Congreso despedía así a uno de los artífices de la Transición Española, impulso de la reforma política y la Democracia.
En una fría mañana madrileña, triste y dolorida, el cortejo fúnebre ha partido desde el Congreso hacia la Plaza de Cánovas del Castillo. Justo detrás del armón se ha situado la familia Suárez, y unos metros por detrás Mariano Rajoy, junto a Jesús Posada y Pío García-Escudero, presidentes del Congreso y del Senado, respectivamente. Detrás de ellos, otros miembros del Gobierno y representantes de todos los grupos parlamentarios.
Ya en la Plaza de las Cortes, los ciudadanos que se agolpaban en las aceras han despedido con aplausos y muchísimo respeto los restos mortales de Adolfo Suárez. Y entre la multitud se han escuchado algunas voces que en seguida se han multiplicado: gritos para dar las gracias. Gracias al presidente Suárez por la Transición que permitió tener una democracia plena en España. Gracias por el «ejemplo» que dio, al apostar siempre por el diálogo, el acuerdo, el pacto, la reconciliación y la concordia. «¡Gracias!», gritaban muchos ciudadanos emocionados al paso del armón. «¡Viva Suárez!», se escuchó también. «¡Tomad ejemplo!», gritaron muchos a los políticos que iban detrás.
Al paso de Rajoy, algunos ciudadanos se han dirigido a él también. «¡Señor Rajoy! ¡Ahí tiene usted un presidente!», le dijo un hombre. Rajoy le miró y asintió. Durante todo el trayecto, los aplausos se han intercalado con voces de gratitud hacia la labor del primer presidente de la democracia, y también apelaciones a los políticos actuales para que tomen ejemplo. «¡A ver si aprendéis!».
Al llegar a la Plaza de Cánovas del Castillo (fuente de Neptuno), el cortejo fúnebre ha continuado su camino hacia la Plaza de Cibeles, para que más ciudadanos pudieran despedirse de Suárez. Poco antes de las 12 de la mañana, el armón ha llegado a Cibeles y se ha detenido en la esquina del Banco de España. En un lado de la plaza, una gran bandera de España con dos palabras: «Gracias, presidente». La familia Suárez se ha situado a la izquierda del armón, y Rajoy justo a la derecha, junto a Posada y García-Escudero.
Los miles de españoles que rodeaban la plaza han escuchado el toque de oración, como despedida del duelo, con el máximo de los respetos. Tras un breve desfile militar ante el féretro, este ha sido depositado en un coche fúnebre, para transportaro ya a la Catedral de Ávila. Los ciudadanos han dicho adiós con un sonoro aplauso, al que se han unido muchos políticos y periodistas que vivieron la Transición y conocieron personalmente al hombre que cambió la historia de España.
Cuando el coche fúnebre se llevó el féretro de Suárez, algunos políticos han vuelto a pie al Congreso. Entre ellos, su presidente, Jesús Posada, que ha tenido que escuchar los gritos de hartazgo de muchos ciudadanos hacia sus políticos. «¡Tomad nota!» «¡Eso sí que era un presidente!» «¡Todos a la calle!» «¡Qué vergüenza de políticos!»
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