Elecciones europeas 2014: reto para el bipartidismo, prueba para los minoritarios
PP y PSOE afrontan los comicios tras sufrir el desgaste de Gobierno, mientras nuevas fuerzas planean pescar en su caladero de votos
En un momento en el que se incrementa la desconexión social con la política, como refleja cada sondeo del CIS , van a ser unas elecciones europeas, las de menor participación, las que servirán como piedra de toque para medir las fuerzas reales de los dos principales partidos una vez ámbos han tenido que asumir el desgaste por la gestión de la crisis. En ese contexto, los comicios servirán para ver si se confirman las expectativas de mejora de Izquierda Unida y UPyD , y para comprobar si existe espacio electoral para los nuevos partidos.
El catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), José Ramón Montero, explica que «a las europeas se las conoce como elecciones de segundo orden. En este tipo de comicios, lo normal es que el partido de gobierno pierda votos, que el partido de la oposición pueda ganar porque se las toma como un trampolín y, lo más probable en esta ocasión: que los dos cedan en favor de partidos pequeños».
El PP las afronta desde la dificultad para «movilizar a su electorado por el desgaste de la tarea de gobernar», más en un contexto de crisis, mientras que el PSOE llega «después de dos años en los que no ha sido capaz de remontar en las encuestas ». En ese escenario en el que el principal partido de la oposición no remonta, ese hueco lo ocuparían otros partidos, como UPyD e IU que «esperan un resultado que ratifique lo que dicen las encuestas y obtener una mayor visibilidad».
No obstante, sobre la posibilidad de que nuevas formaciones minoritarias ganen espacio electoral, el catedrático de la UAM se muestra escéptico: «Se dan las condiciones para que tuviesen cierta representación, por el desencanto y la circunscripción única en estos comicios, pero por otro lado hay que tener en cuenta que sólo se reparten 60 escaños . Es muy difícil que obtenga representación, y si la hubiese sería residual».
Más allá de las europeas
La gran pregunta es si UPyD e IU podrán perpetuar su progreso, Montoro cree que pasadas las europeas, el PP y el PSOE recuperarán a muchos de sus votantes tradicionales: «muchos volverán, después de haber probado con pequeños partidos».
Pero, al margen de estos partidos «medianos», ¿cuál es el futuro de otras opciones políticas surgidas recientemente? La aparición de Vox y de la plataforma Podemos es la principal novedad en este aspecto. El consultor político José Luis Sanchis estima que «Vox va a definir la política española durante los próximos diez años».
Aunque reconoce que esta formación probablemente obtendría unos votos que no se verían reflejados en más de 2 o 3 escaños en unas generales, estima que minoraría en voto al PP, y esa se traduciría en «la pérdida devarios diputados "marginales" en muchas circunscripciones en favor de IU».
Por otro lado, el catedrático de la UAM ve «improbable una presencia que no sea anecdótica, y sólo si concentran su voto en uno o dos distritos».
La incógnita de las nuevas fuerzas
«La entrada de nuevos partidos es difícil. En democracia sólo hay dos casos relevantes. El de UpyD y el de Ciutadans en el Parlamento de Cataluña son excepcionales en la política española», señala Montero.
Sanchís sí considera por contra que la entrada de nuevos actores puede modificar sustancialmente el panorama electoral: «Podríamos estar en un escenario en el que ningún partido alcanza los 130 diputados, y en el que ya hacen falta tres partidos para gobernar. Por lo que la única solución de gobernabilidad estable sería la gran coalición entre PP y PSOE». Es decir, ante el anunciado fin del bipartidismo, podría abrirse un escenario en el que sólo una coalición entre ámbos podría crear un Ejecutivo estable.
Ese escenario no es tan esperable a juicio de José Ramón Montero, que sólo lo ve posible tras una «renovación» de los líderes. «El bipartidismo va a continuar aunque sea aligerado, es improbable que haya más desgaste, y entre los dos estarán en torno al 60%».
«El bipartidismo en España ha estado en el 80% del voto total, ahora tal vez no llegue al 70%. Siguen siendo mayoritarios, pero la pérdida en escaños podría ser más grande de lo que puede parecer por intención de voto», señala Sanchís.
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