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La renuncia de Mas a la consulta en 2014 enerva a sus socios de ERC

El líder de CiU propone ahora elecciones plebiscitarias en 2016; los republicanos dicen que habrá referéndum «sí o sí»

La renuncia de Mas a la consulta en 2014 enerva a sus socios de ERC abc

maría jeús cañizares

La encomienda de Artur Mas a unas elecciones plebiscitarias en 2016 si no puede convocar una consulta independentista en 2014 ha convulsionado el excitado soberanismo catalán, que días antes de celebrar una Diada especialmente reivindicativa ha recibido las palabras del presidente catalán como un jarro de agua fría para las aspiraciones secesionistas. Alentadas, hay que recordar, por el líder de CiU, que el pasado lunes aseguraba a sus 250 consejeros y altos cargos de la Generalitat que la transición nacional catalana «no tiene vuelta atrás».

Pero ayer el dirigente nacionalista no solo puso freno a un proceso que él ha querido liderar, sino que ha dado marcha atrás en su desafío a las leyes y a la Constitución. Quien llegó a asegurar que la consulta se celebraría con o sin consentimiento del Gobierno español aseguraba ayer, en una entrevista en Catalunya Ràdio, que en el supuesto de que sea imposible llegar a un acuerdo con el Estado habrá que esperar a 2016, fecha en la que se celebrarán elecciones autonómicas, para consultar al pueblo de Cataluña.

Su objetivo, dijo, «es que esto se haga bien, lo que no quiere decir eternizarlo, tenemos un mandato que se acaba en 2016, esto tiene un límite, pero si no hay otra manera de hacerlo, y quede claro que no es mi deseo que se haga así, se hará con unas elecciones que yo procuraré que se hagan en 2016». Sonó a renuncia.

Pacto de legislatura

La reacción de ERC no podía ser más airada. A través de su secretario general adjunto, Lluís Salvadó, aseguró que en 2014 habrá consulta «sí o sí» y que ahora no es momento de hablar de horizontes que vayan más allá del año que viene. Pese a estas importantes discrepancias, pues los republicanos han hecho «casus belli» de esa fecha, esta formación no se plantea su ruptura con CiU, con la que mantiene un pacto de legislatura.

Fuentes nacionalistas alegan que precisamente en ese pacto se establece la posibilidad de demorar esa fecha de la consulta más allá de 2014 si las circunstancias económicas o sociales así lo exigen. Una previsión introducida en el documento a instancias de UDC, poco sensible a esas prisas independentistas y que también se ha desmarcado de CDC en lo que a la celebración de la Diada se refiere -a diferencia de su socia, Unió no acudirá como partido a la vía catalana o cadena independentista prevista para la Diada.

Otra de las hipótesis que se barajan es que CiU quiere posponer la consulta a la espera de unas elecciones generales en 2015 en las que supuestamente el PP no tendría mayoría absoluta, por lo que los nacionalistas podrían negociar con más fuerza.

La soledad de Mas es cada vez más acusada. Ni los obispos secundan los rituales soberanistas. El obispo de Solsona, Xavier Novell, defensor del derecho a la autodeterminación, se opone al repique de campanas a las 17.14 horas del 11 de septiembre, tal como había anunciado la Asamblea Nacional Catalana (ANC) como arranque de la cadena independentista. La no menos separatista CUP se declaró «indignada» ante las declaraciones del presidente de la Generalitat, al que acusa de «sucumbir a las presiones de las élites catalanas y españolas» contrarias a la independencia. Esta formación advirtió de que no celebrar la consulta en 2014 sería un «fraude democrático». Idéntico calificativo utilizó el coordinador nacional de ICV, Joan Herrera. «Mas está renunciando al acuerdo electoral y al compromiso de gobierno y de legislatura con ERC, porque dijo que haría la consulta sí o sí y ahora está diciendo otra cosa», dijo.

El PP: «Ambigüedad de Mas»

El portavoz del PP en el Parlamento de Cataluña, Enric Millo, pidió al presidente catalán que no juegue a la «ambigüedad» y que aclare qué piensa hacer en 2014. Recordó que, hasta ahora, Artur Mas ha alimentado el mensaje de que en 2014 hará un referéndum «sí o sí, pero también que si con la legalidad actual no puede hacerlo, hará una ley de consultas no refrendarias que le permitirán hacer este referéndum encubierto disfrazado del eufemismo ley de consultas».

El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, tildó de «viaje a ninguna parte» el objetivo independentista del dirigente convergente. «No sabemos quién manda más en Cataluña, si Artur Mas o Esquerra Republicana», dijo López.

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