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Moncloa reafirma que el «chantaje» de Bárcenas prueba que Rajoy no cedió

El PP acusa al extesorero de querer «desviar la atención de sus millones en Suiza»

javier chicote

El Gobierno reaccionó ayer con contundencia a la filtración por parte de Luis Bárcenas de una serie de mensajes de teléfono móvil con el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy. Forman parte de un chantaje por parte de un delincuente que quiere desviar la atención de los casi 50 millones de euros que ha acumulado en Suiza con un origen nada claro, según sostienen fuentes del Partido Popular.

Además, desde La Moncloa se insiste en que ese chantaje no dio resultado alguno, de ahí que el extesorero optara por defenderse a golpe de titular tras ver cómo era encarcelado sin que desde el Gobierno se hiciera nada para evitarlo.

La Moncloa salió esta mañana al paso de las últimas noticias, después de que el diario ‘El Mundo’ publicase en su edición de hoy los abundantes mensajes enviados por Luis Bárcenas al presidente del Gobierno y la respuesta que en un par de casos le dio Mariano Rajoy. El Ejecutivo destaca que Luis Bárcenas ha estado presionando no sólo a Mariano Rajoy, sino a otros muchos miembros del PP, a los que también envió mensajes con un doble objetivo: tratar de evitar la acción de la justicia y proteger la fortuna que escondía en Suiza, estimada por los tribunales españoles en más de 48 millones de euros.

Los contactos

En los mensajes publicados ayer por el diario «El Mundo», el presidente del Gobierno sólo responde en tres de ellos, dos a Bárcenas y uno a su esposa. A Rosalía Iglesias le da las gracias después de que ésta le felicitara por el resultado de las elecciones municipales y autonómicas de 2011.

Mientras, al extesorero le desmiente que la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, vaya a «hacer daño» ante las acusaciones de Bárcenas contra su gran enemiga dentro del partido. En el tercer y último mensaje de los publicados, que data de enero de 2013, Bárcenas muestra su indignación después de que se publicara que él se encargaba de pagar sobresueldos en dinero negro a dirigentes del partido. Rajoy se limita a decirle: «Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo».

Para el Gobierno y para el Partido Popular, Bárcenas no ha tolerado que el Estado «funcionara con independecia». Fuentes del PP aseguran a ABC que Bárcenas presionó a Rajoy y a todos los dirigentes que tuvo a su alcance para que que le quitaran de encima el aliento de policía, jueces y fiscales.

Bárcenas intentó que el Gobierno destituyera al fiscal jefe Anticorrupción, Antonio Salinas, y relevara a las dos fiscales del caso Gürtel, Concha Sabadell y Miriam Segura, a las que calificaba como «las fiscales de Rubalcaba». También quería que se apartara a la dirección de la Policía Judicial que lleva el caso Gürtel, encomedado a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la Policía Nacional, así como que se metiera mano al juez instructor, Pablo Ruz.

Justicia independiente

Desde el PP sostienen que no cedieron al chantaje y la prueba es que todos los elementos judiciales y policiales continuaron trabajando «con independencia» y por eso hoy Luis Bárcenas está preso en Soto del Real.

El principal dirigente del Partido Popular que dio la cara ayer fue el vicesecretario general de Organización Electoral, Carlos Floriano. Dijo que al PP «le preocupa cero» lo que haga Bárcenas y acusó al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de «connivencia» con un «presunto delincuente» por pedir la dimisión del presidente del Gobierno.

Floriano, que atendió a la prensa en Jerez de la Frontera (Cádiz) aseguró que el PP «ha hecho las cosas bien» y no va a ceder a ningún intento de «chantaje público o privado». Calificó los SMS publicados como «la prueba material» de un intento de «chantaje» para tratar de «desviar la atención» de la opinión pública sobre su posible responsabilidad penal y «ocultar el origen de su dinero».

Dos etapas

El Partido Popular insiste en que la relación con su extesorero vivió dos etapas, con el hallazgo de su extraordinaria fortuna en Suiza como punto de inflexión entre una y otra. Al principio, en 2009, el partido, incluido Mariano Rajoy, defendía la presunción de inocencia de Bárcenas, aunque le presionaron para que abandonara toda relación pública con el PP, como así hizo (en 2009 dimitió como tesorero y en 2010 dejó el Senado y la militancia en el partido). Cuando el pasado enero afloraron los primeros 22 millones de euros helvéticos, apenas nadie en el partido siguió creyendo en su inocencia (había negado en sede judicial tener cuentas fuera de España).

En ese momento, según fuentes del PP, el extesorero «inició una guerra abierta contra el partido», que se plasmó por escrito dos meses después en este mensaje que envía a Rajoy: «Quedo liberado de todo compromiso contigo y con el partido».

Hoy se va a producir la primera comparecencia pública del presidente del Gobierno tras la nueva ofensiva del extesorero. Será a las 15:30, después de que Bárcenas haya pasado por la Audiencia Nacional. El jefe del Ejecutivo comparece ante la prensa tras la cumbre hispano-polaca, que se celebra en Madrid, y, obviamente, será preguntado por el escándalo Bárcenas.

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