Carme Chacón se arrima a Madina

Carme Chacón es una maestra en esquivar periodistas por los pasillos del Congreso, por eso a nadie pasó inadvertido que, hace justo hoy una semana, se fuera directa a los micrófonos para proclamar con una sonrisa entusiasta que le parecía «muy positiva» la noticia sobre la posible candidatura de Eduardo Madina a liderar el PSOE. A la ex ministra de Defensa parece ponerle de buen humor el ruido que periódicamente cuestiona en el partido a Alfredo Pérez Rubalcaba, y cada vez lo oculta menos.

Ayer dio ejemplo de ello al reavivar sin ningún disimulo las expectativas sobre su propia participación en la carrera por relevar al Secretario General. «Ya dije que me daba un tiempo para pensarlo y el tiempo sigue ahí», fue su respuesta cuando, a la salida de un desayuno informativo protagonizado por el rector de la Universidad Complutense de Madrid, fue preguntada acerca de si ya había tomado la decisión de abandonar o de tratar de nuevo de hacerse con los mandos del PSOE en unas futuras primarias.

Las intenciones de Carme Chacón son, hoy por hoy, un enigma. Desde que perdiera por 22 votos el pulso contra Rubalcaba en el 38 Congreso de febrero de 2012, la diputada se ha manejado en un perfil bajo, eso sí, combinado con contadas apariciones en actos públicos y declaraciones calculadas como la que, por ejemplo, hizo en favor de Pere Navarro con motivo de las elecciones en Cataluña.

La estrategia para difuminar su catalanismo que puso en práctica el pasado mes de febrero al abstenerse ante una resolución soberanista presentada por su partido, el PSC, se cuenta entre uno de los tropiezos más importantes de la ministra de Defensa en esta etapa. Quedarse en tierra de nadie, sin ponerse del lado del «no» PSOE, ni del «sí» del PSC en la controvertida votación que rompió la bancada socialista, granjeó a Chacón críticas de oportunismo cobarde. Pero ha sido el presumible distanciamiento del poderoso José Antonio Griñán, —que la respaldó en su competición contra Rubalcaba— el que parece haber minado las opciones de la diputada por Barcelona.

Por el contrario, en aquél cónclave, Madina se cuidó mucho de aparecer como partidario de ninguno de los dos aspirantes, quizás ya con ánimos de no mutilar sus propias posibilidades de futuro. ahora, el entusiamo mostrado por Carme Chacón ante la salida a escena del nombre del político vasco no le hace un gran favor, en la medida en que sugeriría un tándem con demasiado perfume a José Luis Rodríguez Zapatero.

Lo cierto es que Eduardo Madina tiene predicamento dentro del PSOE y, lo que tampoco le beneficia, en la bancada popular, donde ayer ya se le mencionó en voz alta para desacreditar a Rubalcaba. Fue durante la sesión de control al Gobierno, al término del cara a cara entre el presidente Mariano Rajoy y el jefe de la oposición, cuando el diputado del PP por Almería Juan José Matarí gritó desde su escaño «¡Que pregunte Madina ya!», exclamación con la que reflejaba claramente que los populares dan por amortizado a Alfredo Pérez Rubalcaba y que sus intervenciones en el Congreso crean muy baja expectación.