terrorismo
Francia condena a ocho años de cárcel a «Txeroki»
Se trata de la tercera pena impuesta en Francia contra Garikoitz Aspiazu Rubina, considerado exjefe militar de ETA

La justicia francesa ha condenado a ocho años de cárcel a Garikoitz Aspiazu Rubina, «Txeroki», considerado exjefe militar de ETA, e impuso cinco a su compañera Leire López Zurutuza, con la que fue detenido el 17 de noviembre de 2008. Se trata de la tercera condena en Francia contra Aspiazu Rubina y en este caso el Tribunal Correccional de París también sentenció a ambos a la expulsión definitiva de Francia al término de las condenas.
El tribunal juzgaba a la pareja por pruebas encontradas durante su arresto en un piso franco en la estación de Cauterets, en los Pirineos franceses, que los situaban en el aparato militar de la organización terrorista en ese momento. «Txeroki» (39 años) había sido condenado a seis años una primera vez en Francia en rebeldía en octubre dee 2008, pocas semanas antes de su detención, una sentencia que no impugnó.
Además, el pasado día 13, el Tribunal de lo Criminal de París dictó contra él 20 años de prisión, los mismos a los que fueron sentenciados otros tres de los diez etarras condenados por el secuestro en el suroeste de Francia durante tres días, en agosto de 2007, de una familia guipuzcoana a la que le robaron el coche para preparar un atentado, finalmente fallido, en la costa de Valencia.
A partir del próximo 2 de abril, «Txeroki» volverá a sentarse en el banquillo y tendrá que responder, entre otros, del cargo de dirigente terrorista en el sumario por el asesinato el 1 de diciembre de 2007 de dos guardias civiles en Capbreton, al suroeste de Francia.
Aparato militar
Hoy, aunque esa imputación de dirigente etarra no figurara entre las nueve por las que estaba acusado, el fiscal del Tribunal Correccional de París Guillaume Portenseigne destacó que «Txeroki» había estado al frente del aparato militar desde la detención en abril de 2005 de su predecesor, Peio Esquisábel, y hasta su propia captura en Cauterets tres años y medio más tarde.
Portenseigne había pedido diez años de cárcel para Aspiazu Rubina y siete para López Zurutuza, en una requisitoria en la que dijo: «No hacemos regalos a los terroristas porque los terroristas no hacen regalos». El representante del Ministerio Público mostró dudas sobre la sinceridad de lo que llamó «la tregua» declarada por ETA en octubre de 2011. El fiscal puso el acento en que «no (era) la primera vez» que la banda lo hacía y, en alusión a las treguas de 1999 y 2006, señaló que «cada vez aprovechó para reforzar su arsenal mortífero».
Respecto a la declaración de abandono definitivo de la lucha armada del 20 de octubre de 2011, estimó que «es un avance» pero «ampliamente insuficiente» porque «no se ha acompañado de un anuncio de disolución ni de una entrega de las armas» y sus activistas clandestinos siguen cometiendo infracciones en Francia.
El fiscal señaló que entre el abundante material en soporte informático que se le requisó a Aspiazu Rubina en Cauterets había un documento firmado por una contracción de su alias (TXK) en la que se felicitaba del éxito que estaban teniendo para la estrategia de ETA las denuncias de torturas por los autores materiales en diciembre de 2006 del atentado de Barajas, Igor Portu y Mattin Sarasola.
Y sobre todo, puso en duda la tesis de «Txeroki» en el sentido de que ese documento no es suyo y que se le introdujo en una de las memorias USB que fueron halladas. Aspiazu Rubina volvió a negar la autoría de ese texto y así lo dijo en un comunicado leído ante el tribunal en francés en nombre de los dos que se sentaban en el banquillo.
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