elecciones europeas
La crisis del bipartidismo: PP y PSOE ceden a los partidos minoritarios 17 escaños respecto a 2009
Los dos grandes partidos no han llegado a sumar el 50% de los votos, un mínimo también histórico
Más de la mitad de los que este domingo depositaron su voto en las urnas no eligieron ni la papeleta del PSOE ni la del PP. El bipartidismo se ha hecho añicos en estas elecciones europeas y dibuja un negro panorama para la gobernabilidad a un año y medio de las elecciones generales. Arias Cañete y Valenciano han cedido a los partidos minoritarios 17 escaños respecto a 2009. De 47 diputados entre los dos grandes partidos a solo 30 en cinco años.
La crisis del bipartidismo se ha cebado especialmente con el PSOE y deja al borde del abismo político a Alfredo Pérez Rubalcaba. La tarjeta que dejan para él estos comicios es la de una derrota sin paliativos, el peor resultado electoral cosechado por el PSOE en más de 30 años. Si parecía que en las generales de 2011 habían tocado suelo con un escuálido 28,76% de respaldo electoral, el drama en las filas socialistas se acrecienta ahora con un porcentaje del 23%, casi seis puntos menos.
Respecto a las europeas de 2009, los socialistas han perdido 2,6 millones de votos, una cifra casi idéntica a la que también se ha dejado por el camino el PP. Pero como los populares partían con más ventaja, el resultado lo han amortiguado algo más.
En cualquier caso, en las filas del PP la victoria deja también un sabor agridulce. Son conscientes de que estas elecciones europeas las han ganado, pero con un correctivo serio. Y las han ganado con un escaso 26% de los votos.
Si estos resultados se produjeran en unas elecciones generales, la gobernabilidad tendría ante sí un escenario más que complicado. Y eso preocupa en el PP.
El PSOE ha perdido el 42% de los votos que tuvo en las elecciones europeas de 2009. Y al PP se le han volatilizado el 40% de los votantes que confiaron en sus siglas en aquellos comicios hace cinco años.
El bipartidismo, gravemente herido
Más allá del hundimiento específico del PSOE, el PP comparte con ellos otra preocupación de panorámica: el bipartidismo ha saltado por los aires y eso les pone en aprietos.
En España, históricamente, PP y PSOE han sumado, elección tras elección —en generales y europeas— más de un 70% de los votos. Ganara uno u otro, siempre concentraban a la mayor parte del electorado. Cuando menos fue en 1989, y en aquellas elecciones europeas lograron sumar entre ambos el 61%. Cuando más, en las europeas de 2004, cuando concentraron a prácticamente el 85% de quienes acudieron a votar. Este domingo, entre ambos no han llegado ni siquiera al 50% (49,06%) y, entre los dos, han visto cómo se les iban a otras opciones más de cinco millones de votantes respecto a las europeas de hace cinco años.
La crisis económica y la era de Zapatero dejó al PSOE en una caída libre. Hoy se ha confirmado. Rubalcaba ha sido incapaz de desplegar el paracaídas y su relevo parece inevitable.
En el PP, la gestión de la crisis le ha pasado factura en forma de descontento. Uno general que se ha cebado con el tradicional modelo bipartidista. Y otro, particular, el de una sustancial parte de su electorado que ha dejado clara su insatisfacción. A tenor de los primeros resultados, parece que este colectivo ha optado más por la abstención, por quedarse en casa, que por otros partidos emergentes. Vox no ha rentabilizado la erosión sufrida por el PP.
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