Díaz Ferrán hizo inversiones de «gran lujo» en Marruecos tras declararse insolvente
El liquidador de Marsans le dio al menos 300.000 dólares en cheques al portador y él los desvió a sus socios en Casablanca

Gerardo Díaz Ferrán estuvo invirtiendo su fortuna oculta prácticamente hasta el día que fue detenido e ingresó en prisión, el 3 de diciembre de 2012. Un nuevo informe policial entregado al juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco demuestra que el expresidente de la patronal realizó inversiones a través de testaferros durante los años 2011 y 2012, pese a que en 2010 había declarado en los tribunales la quiebra del grupo Marsans y la suya propia.
Dada su condición de «insolvente», Díaz Ferrán no podía ingresar fondos a su nombre. Para burlar a la justicia y a los acreedores, el liquidador de Marsans, Ángel de Cabo, también en prisión, le entregaba cheques al portador de 100.000 dólares. El expresidente de la CEOE utilizaba los talones para pagar a sus socios, con los que invertía en «Marruecos, China y Brasil», según declaró uno de ellos. El principal negocio era la construcción del «complejo turístico de gran lujo Urbagolf» en la costa atlántica marroquí, según el informe policial. Se trataba de un hotel de 900 habitaciones y un campo de golf con una inversión inicial de 18 millones de euros que llegaría hasta los 350 con financiación externa. Las negociaciones para la entrada de Díaz Ferrán , con una participación del 25% que luego se incrementaría hasta el 75%, ocurrieron entre 2011 y 2012.
Antes, en junio de 2010, Ferrán había entregado el grupo Marsans al liquidador valenciano Ángel de Cabo con una deuda de 600 millones de euros y declarado en concurso de acreedores. En noviembre de ese año un juzgado mercantil declaró la quiebra personal del empresario. Por este motivo, tal y como reflejan varios correos electrónicos, Díaz Ferrán entraba en el negocio de «tapado».
Las cantidades totales invertidas por el representante de los empresarios españoles son una incógnita, pero el rastreo de las fotocopias de unos cheques halladas por agentes de la Udef (Unidad de Delitos Económicos y Fiscales) en un registro han permitido acreditar que Díaz Ferrán entregó a sus socios en 2012 al menos 300.000 dólares (220.000 euros) en talones al portador para pagar los primeros gastos del complejo hotelero, entre ellos al arquitecto. La mecánica era siempre la misma. El origen de los fondos estaba en el traspaso de Hotetur, la cadena hotelera de Marsans, al empresario de origen libanés Jamal Satli, que hacía las veces de testaferro de Ángel de Cabo para que los acreedores no pudieran meter mano a los bienes de Marsans.
Distintas sociedades de Satli emitían cheques al portador que se entregaban a Ángel de Cabo, que se los daba a Gerardo Díaz Ferrán . Junto a las fotocopias de los talones bancarios halladas por la Policía había anotaciones concluyentes, como «Entregado en mano a D. Gerardo 16:50h» o «Entregado a D. Gerardo por Iván» (Iván Losada, mano derecha de Ángel de Cabo y también encarcelado en tras la operación Crucero).
Hasta el último día
Díaz Ferrán recibió en mano los tres cheques de 100.000 dólares cada uno el 7 junio, el 2 de agosto y el 29 de octubre de 2012, apenas un mes antes de su detención. De hecho, sus socios, el promotor Blas Noguera y José Manuel Guillén –exjefe de los servicios jurídicos de Marsans–, ingresaron el último talón en el Attijariwafa Bank de Casablanca el 10 de diciembre de 2012, cuando el exrepresentante de los empresarios llevaba una semana entre rejas. Noguera y Guillén reconocieron ante la Policía en marzo de 2014 que Díaz Ferrán les había entregado los cheques y dijeron que el proyecto de Marruecos ha sido abandonado.
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