Suscríbete a
ABC Premium

Las últimas operaciones destacadas

Los fondos extranjeros reaniman también el tejido empresarial español

La recuperación, el ajuste de precios y los negocios en expansión atraen ya a firmas foráneas de capital riesgo a sectores como industria y servicios

Los fondos extranjeros reaniman también el tejido empresarial español

MONCHO VELOSO

La España de saldos que ha ido dejando la crisis despertó el apetito de fondos «buitre» en busca de las gangas en el negocio inmobiliario y en el financiero. Grandes firmas internacionales como Cerberus y Apollo se han hecho con empresas inmobiliarias o su deuda, carteras de pisos e hipotecas, centros comerciales, suelo, redes de oficinas bancarias ... Pero la España que ahora consolida su recuperación económica atrae ya también a fondos de inversión extranjeros interesados en invertir a medio plazo en el tejido empresarial del país. La compra de la aceitera Deoleo por la firma británica CVC Capital Partners hace poco más de una semana es la última muestra. En este caso no se ha tratado de un fondo «buitre» ni tampoco soberano, que era uno de los miedos del Gobierno, sino de un fondo solvente y con muchos años de experiencia en España.

Springwater desembarcó en España el verano pasado adquiriendo, por 17 millones de euros, la división de gestión documental de Indra. Hoy, el fondo suizo es el más activo de los que están entrando en el capital de empresas medianas en nuestro país. Desde entonces, se ha hecho con el negocio industrial de Adveo (Unipapel); el operador de telefonía para empresas Sarenet; Datasur, de servicios de comunicación; la aeronáutica Aernnova; la compañía de gestión de reservas Transhotel, parte de Pullmantur y puja por Service Point y Trapsatur. Quiere convertirse en un gigante del turismo desde España. Y tiene 100 millones para invertir en 2014 en nuestro país.

Este tipo de inversión aún cayó el año pasado un 31%, a 1.701 millones, según la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (Ascri), que sin embargo ve un repunte en el segundo semestre de 2013. La consultora Roland Berger apunta a un crecimiento en 2014, tras dos años de barbecho, del 1,7%.

«Desde hace nueve meses hay un mayor interés de los fondos de capital riesgo puro y duro», dice el socio responsable de transacciones y reestructuraciones de KPMG, Ignacio Faus, respecto a las firmas no meramente especulativas sino que entran en el capital de las empresas para relanzar su gestión y sus resultados y, en un plazo de entre cinco y diez años, vender esas participaciones con plusvalías.

El estadounidense Amber Capital ha desembolsado 30 millones por el 4% de la energética Ence (30 millones) y 25 por el 6,85% de Tubacex. Kutxabank ha vendido su 0,9% en la farmacéutica Zeltia por 6 millones a un fondo americano cuya identidad no ha trascendido. El francés Eurazeo ha puesto 285 millones por el 10% de Desigual. El gigante israelí Giza CV ha presupuestado 40 millones para invertir en «startup» tecnológicas y Vulcan Capital, del cofundador de Microsoft, Paul Allen, ha entrado con 30 millones en la gestora catalana de voto electrónico Scytl.

Servicios, industria, salud, biotecnología, empresas de internet y nuevas tecnologías y energía renovable son los sectores preferidos por los fondos, que han visto en las desinversiones que están haciendo bancos y cajas y las grandes empresas del país la vía perfecta para comprar.

Incentivos legales

Además, la nueva ley concursal, que incentiva la refinanciación de empresas viables pero en dificultades financieras, y que para ello facilita la conversión de la deuda en acciones, podría convertirse en una puerta de entrada masiva de los fondos en los accionariados. Para ello, los fondos están dispuestos a comprar las deudas de esas compañías a los bancos.

El gran atractivo es ahora el precio resultante del ajuste de los últimos años. «Son más razonables que en la burbuja», dice el presidente del fondo español Baring Private Equity, José Ángel Sarasa. «Pueden subir y creen que es momento de comprar», apunta Julio Veloso, socio de Broseta Abogados. Otro gancho es la existencia de negocios atractivos. La especialidad de estas firmas es invertir en compañías en apuros financieros pero con viabilidad. También en empresas sin problemas que además preparan su salto al exterior, sobre todo a Iberoamérica. «Apuestan por el crecimiento», asegura Faus. Los fondos les proporcionan liquidez y capital. «Las cajas de ahorros ya no pueden hacerlo, los fondos de pensiones están limitados y los fondos españoles son pocos; estas firmas son la única alternativa», señala Sarasa.

El Gobierno, a golpe de ley, busca impulsar esta actividad como alternativa al crédito bancario. Además, el Instituto de Crédito Oficial ha creado un fondo (FOND-ICO Global) de colaboración público-privada que ya cuenta con 685 de los 1.200 millones que prevé movilizar, que está animando al sector y que ya ha cerrado la compra del 40% de la textil Gocco por Diana Capital.

«España es ahora el paraíso para el capital riesgo», espetó en febrero, en un encuentro privado con gestores, Steve Koltes, cofundador de CVC. Hasta ahora, las firmas extranjeras tenían órdenes expresas de sus inversores de no poner un euro en la Península.

¿Qué ha cambiado para que surja este repentino interés inversor? Sarasa recuerda que estos inversores «funcionan por lo que leen en "Financial Times"», en referencia a cuando la prensa anglosajona situaban al país al borde del abismo. Hoy, dice Faus, «la percepción acerca del potencial de España es otro: aún hay riesgos, pero los datos económicos son cada vez mejores y se ve un país de oportunidades». Un auténtico cambio de rumbo para el país.

Los fondos extranjeros reaniman también el tejido empresarial español

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación