Mario Draghi y el arte de ganar tiempo con palabras

El pasado jueves, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Banco Central Europeo (BCE), su presidente Mario Draghi volvió a utilizar la palabra como arma . Y bastaron unas pocas palabras, como el reconocer que un «Quantitative Easing (QE)» estaba sobre la mesa como arma para luchar contra la inflación, para que la euforia se desatara en las bolsas.

Ya en verano de 2012, el banquero central finiquitaba la crisis de deuda al anunciar que estaba dispuesto ha hacer todo lo necesario en defensa del euro y "creánme será suficiente" sentenciaba. En esta reunión, también parece haber borrado de golpe y plumazo el fantasma de la deflación al utilizar el "unanimidad", consenso dentro del BCE para tomas las medidas necesarias en caso de necesitarla.

El mercado vendió la piel del oso antes de cazarla. La Bolsa española conquistó los 10.600 puntos . Y es que Draghi volvió a insistir que la caída de la tasa de inflación al 0,5% fue algo sorprendente, motivada en parte por efectos de calendario, y que en abril, con la Semana Santa incluida, tendríamos que ver un repunte del indicador.

José Luis Martínez, estratega de Citi en España, comenta que en referencia al término de unanimidad el "objetivo no era generar expectativas a corto plazo de que el BCE utilizará la compra de activos, especialmente deuda privada".

Desde Aspain 11, citar la "unanimidad" de los miembros del Consejo del BCE para adoptar medidas no convencionales "hace un guiño al cambio de parecer de nuestros socios alemanes acerca de la adopción de medidas heterodoxas en política monetaria como una QE, y deja entrever existe un riesgo cada vez más cercano de entrar en deflación, por lo menos en los países más endeudados".

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