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Los concursos de acreedores se han disparado un 700% desde el comienzo de la crisis

Más del 90% de los procesos de insolvencia acaban en cierre, porcentaje que se incrementa en el caso de las pymes

Los concursos de acreedores se han disparado un 700% desde el comienzo de la crisis inés baucells

susana alcelay, maría jesús pérez

Fagor ha sido la última de una larga lista de emblemáticas empresas de capital español en caer. Tras varias semanas luchando por su supervivencia, buscando la financiación que le pudiera salvar de la quema y con ello a sus más de 10.000 empleados, entre directos e indirectos, la firma del grupo Mondragón se verá abocada a presentar concurso de acreedores confirmando con ello el peor de los presagios.

Pero el caso de Fagor no ha sido aislado, otras banderas pasaron antes por lo mismo. Panrico , Flex, Pikolín, Scalextric, Pescanova , Blanco, Caramelo, Blanco, Orizonia, las máquinas de coser Alfa, Zinkia o Nueva Rumasa y con ella sus míticas firmas como chocolates Elgorriaga, flanes Dhul, batidos Cacaolat, yogures Clesa, paté Apis... la sangría no ha parado en los últimos seis años. La caída del consumo, la elevada deuda que durante la crisis han asumido muchas empresas, la sequía del crédito y en otras muchas ocasiones la morosidad de las administraciones no ha dejado otro camino a muchas empresas que el concurso de acreedores. De ahí al cierre de muchas de ellas ha mediado poco tiempo. Y es que según un informe de la agencia de rating española Axesor el 94% de los concursos de acreedores tienen como resultado el cierre de la compañía afectada.

Entre enero y octubre de este año se presentaron en España 7.619 concursos de acreedores en sociedades mercantiles , más que durante todo el año 2012, ocho veces más que antes de la crisis. Sólo en octubre se cerraron 1.037 procesos, un 10,4% más que en el mismo mes de 2012. Octubre se convirtió así en el segundo mes en registrar mayor número de procedimientos de insolvencia del año.

«Entrar en concurso de acreedores supone para la mayoría de las empresas españolas la antesala del final de la actividad . Los empresarios esperan muy poco del proceso en términos de redención de deudas o protección frente a los acreedores. El concurso no propicia un “fresh start” para las compañías y esto lleva a que los empresarios sólo acudan a los procesos formales de insolvencia en última instancia, cuando ya es demasiado tarde para garantizar la viabilidad de la compañía, lo que convierte de facto al concurso en la antesala del cese definitivo de la actividad», aseguran los expertos de Axesor.

Las pymes salen perdiendo

Sólo un 6% de los procesos concursales resueltos en 2013 (con independencia de que fueran declarados este año o en ejercicios anteriores) han terminado en un acuerdo que permita a la empresa afectada continuar con su actividad. Esta situación afecta de forma particular a las pymes , entre las que el porcentaje de resolución de concursos con convenio cae por debajo del 6%, mientras que en las grandes la cifra se eleva al 16%. Los cierres, tras un proceso concursal, apenas representan la cuarta parte de las bajas oficiales de sociedades y muchos empresarios optan directamente por cerrar y un porcentaje significativo cesa en su actividad sin ni siquiera comunicarlo registralmente.

En opinión de Axesor, aunque algo ya se ha avanzado a través de la nueva Ley de Emprendedores , se deberían articular más medidas para que el concurso de acreedores no sea visto como un estigma o una medida desesperada, sino como un mecanismo legal que permita a las empresas un nuevo comienzo .

El negro futuro que en la mayor parte de los casos espera a los concursos de acreedores va precedido de un proceso costoso para la empresa, motivo por el que muchas de ellas echan directamente el cierre sin darse un periodo para resolver sus problemas, especialmente las pymes, incapaces de asumir los costes del proceso concursal. Esta situación de asfixia económica se ha mitigado, en parte, con la Ley de Emprendedores y la puesta en marcha de la figura del emprendedor de responsabilidad limitada, que evitará que bienes del patrimonio del emprendedor se vean afectados por las deudas de la actividad empresarial .

De las previsiones de Axesor se desprende que 2013 se cerrará con unos 9.200 procesos concursales . Se trataría de la cifra más alta desde la entrada en vigor de la Ley Concursal de 2004 y un incremento del 23% respecto a las insolvencias judiciales registradas el año pasado. Estima esta agencia de calificación que el incremento interanual para el segundo semestre de 2013 en el caso de sociedades mercantiles será prácticamente la mitad que la registrada en el primer semestre (14,4% frente a 30,8%). Y que esta tendencia se mantendrá a lo largo de 2014, año en el que esperan un cuadro macroeconómico estable , sin nuevas sorpresas en el sistema financiero. La previsión para el primer trimestre de 2014 es un incremento interanual del 13%.

Esta agencia se queja de que el sistema concursal no funciona en España para las pequeñas empresas. Asegura que, por ejemplo, en un año tan difícil como 2013 y con incrementos interanuales de los concursos del 24% (hasta octubre) en procedimientos formales de insolvencia de sociedades mercantiles, los concursos de acreedores personales (personas físicas sin actividad económica y, en su mayoría, autónomos) han caído un 12,5% en lo que llevamos de año.

La falta de acceso a la financiación y el retraso excesivo en los cobros por parte de entes públicos y grandes empresas también están expulsando a muchas empresas eficientes, que serían viables en otras circunstancias. Es casi un problema crónico en España y una seria amenaza para la supervivencia de las empresas, especialmente de las más pequeñas. Como ya informó ABC , el Estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos acumulan facturas impagadas con pymes y autónomos que ascienden a casi 5.000 millones de euros, según datos recientes de la federación de autónomos (ATA) . Y lo que más llama la atención es que estas administraciones siguen siendo morosas a pesar de la entrada en vigor de la directiva europea de lucha contra la morosidad, que obliga a las administraciones a pagar en 30 días y aplica recargos del 8% por impagos.

Tanto las administraciones como el sector privado no cumplen esta normativa y los periodos medios de pago se sitúan en 144 días en España , frente a los 30 que establece la ley, en el caso de las administraciones públicas, y en 85 en el sector privado , frente a los 60 que da de plazo la directiva europea.

Pero el gran problema al que se enfrentan las empresas en España, especialmente las pequeñas, es la sequía del crédito, responsable de estrangular un buen número de negocios en nuestro país. Esta situación ha llevado al Gobierno a buscar fórmulas para acelerar la captación de recursos por vías diferentes a la intermediación bancaria , que en España aún representa el 80% del total de las fuentes de financiación para empresas. Es el caso del Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) , una iniciativa para canalizar recursos financieros a un gran número de empresas «solventes» que pueden encontrar en este mercado una vía para obtener financiación mediante la emisión de títulos de renta fija

Pero... ¿qué región ha sufrido más las consecuencias de la crisis en sus empresas? Entre enero y septiembre Cataluña , con 1.336, y Madrid , con 1.216, fueron las regiones que más concursos presentaron en España, con un 38,77% de todos los procesos registrados. Les siguieron Valencia (880), Andalucía (601) y País Vasco (433). Si se atiende exclusivamente a provincias, Barcelona encabezó los registros con 1.111 concursos de acreedores hasta septiembre.

Y por sectores, la construcción sigue concentrando el grueso de insolvencias judiciales , con 2.334, un 35% del total y un 12,37% más que el año pasado. El comercio y la industria manufacturera fueron los siguientes sectores más afectados, con 1.273 y 962 concursos respectivamente.

Cinco años de caídas

Y lo peor es que los cierres de empresas no se han compensado con nuevas aperturas. El tejido empresarial acumula cinco años consecutivos de destrucción y desde que comenzó la crisis España ha perdido casi 200.000 negocios, según datos del INE.

La prematura mortalidad empresarial española es una de las causas que impide la consolidación de un tejido empresarial fuerte y productivo, según coinciden todos los expertos. Y es que la estadística de demografía empresarial revela que la mitad de las empresas mueren antes de los 5 años de su creación.

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