Las claves de los nuevos test de estrés europeos
El BCE busca cómo cuadrar la mano dura en las pruebas con el riesgo de que ello derive en una nueva ronda de inyecciones de dinero público en la banca

El Banco Central Europeo (BCE) dio ayer el pistoletazo de salida al próximo gran examen que deberán afrontar las principales entidades bancarias de la zona euro y que es, en realidad, el paso previo a la puesta en marcha de la supervisión única. El BCE radiografiará los balances de 16 bancos españoles, 24 bancos alemanes ( aunque Merkel ha conseguido dejar fuera a sus cajas ), 13 franceses, 15 italianos, 4 griegos, 7 holandeses y 4 portugueses en un proceso que arrancará el próximo mes de noviembre y terminará un año después, en el último trimestre de 2014. Mario Draghi no dudó en avisar de que no le temblará el pulso a la hora de suspender a las entidades que lo merezcan, pues es la única forma, defendió, de que las pruebas tengan credibilidad.
El análisis se estructurará en tres pilare s: una evaluación del riesgo financiero, un análisis de la calidad de los activos y, por último, una prueba de resistencia. Los resultados de todos ellos se conocerán al final del proceso, previsto para octubre de 2014. El ejercicio de revisión de la calidad de los activos —conocido como «Asset Quality Review» (AQR)— se efectuará a partir de los balances de 31 de diciembre de 2013 , y analizará tanto los activos en balance (créditos, exposición a la deuda soberana, posición en el mercados interbancario) como las posiciones fuera de balance, y busca evaluar si las provisiones, la valoración de los activos y las grantías son las adecuadas.
Este primer análisis servirá al futuro regulador único para identificar la calidad de los activos de las entidades bancarias. Además, los datos obtenidos serán el punto de partida del test de estrés que realizará la Autoridad Bancaria Europea (EBA) durante el primer semestre del próximo año . Son pocos los detalles que hasta el momento se conocen de las condiciones de estas pruebas , aunque se espera que el BCE y la EBA las haga públicas en breve. Por lo pronto, ayer se confirmó que se exigirá una cuota de capital de nivel 1 (el de máxima calidad) del 8%, superior a lo exigido por Basilea.
Aunque todavía hay que esperar a conocer el detalle de las condiciones, analistas consultados interpretan que el BCE ha decidido respetar el calendario marcado por Basilea para la definición del ratio de capital. De confirmarse, sería una buena noticia para las entidades españolas , pues afecta, entre otras partidas, a las deducciones por activos fiscales diferidos.
Los expertos aseguran que aún es pronto para valorar el impacto que tendrán los nuevos test sobre el sistema financiero español, pero reconocen que el mayor de los riesgos, el asociado a los créditos concedidos en los años del «boom» , hay sido saneado con mayor pulcro que en otros vecinos europeos. Ello no garantizaría, sin embargo, una buena nota en las pruebas , en caso de que estas incorporen, como se especula, la capacidad de generar resultados en un escenario de depresión económica. En cualquier caso, la reacción del mercado no fue positiva y ayer cayeron todos los bancos cotizados. Y es que no está claro cómo el BCE va a conjugar la mano dura en los exámenes con el riesgo de que ello derive en una nueva ronda de inyecciones de dinero público.
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