Deslocalización de ida y vuelta
Tras fabricar en Asia desde hace dos décadas, la empresa vasca Babyauto volverá a España por la subida de costes laborales en China

A partir de los años 90, la globalización llevó a numerosas fábricas españolas a trasladar su producción a Asia en busca de mano de obra más barata. Ahora, con la caída salarial que ha traído la crisis , algunos empresarios deslocalizados emprenden el viaje de vuelta . Uno de ellos es Gabriel Eizaguirre, gerente de la firma Babyauto, que pertenece al grupo vasco Plásticos Zarauz y es una de las principales marcas de sillitas infantiles de seguridad para los automóviles.
Hace dos décadas, esta compañía empezó a fabricar en la isla de Taiwán sillas y coches de paseo para bebés que luego eran comercializadas por marcas como Prenatal o Chicco . Con el tiempo, y debido a la subida de los costes laborales en Taiwán, acabó trasladándose a la provincia china de Zhejiang, donde ya en el siglo XXI nació la marca Babyauto especializada en sistemas de seguridad infantil para los automóviles. Junto al socio local Win Win, dispone en la ciudad de Ningbo de una fábrica con entre 400 y 500 trabajadores de la que cada año salen un millón de sillitas para bebés. «Los costes laborales han subido mucho en China, de los 100-150 dólares mensuales (entre 74 y 110 euros) de hace años a los 400-450 dólares (entre 295 y 330 euros) que se pagan ahora», explica Eizaguirre, quien señala además que «han aumentado los días de vacaciones, con el consiguiente encarecimiento del precio por hora». Ante este cambio, ha optado por trasladar gradualmente su producción a España , donde tiene previsto abrir una fábrica en Murcia porque calcula que el salario medio en este sector oscila entre los 700 y 800 euros.
Aunque los sueldos españoles siguen siendo superiores a los chinos, hay un motivo más para el cambio. «La clase media china está creciendo y demanda productos occidentales porque considera que tienen más calidad , sobre todo si son fabricados en el extranjero e importados porque tienen mayor valor añadido» razona el empresario, quien también afirma que «los precios del transporte de mercancías por contenedor varían mucho de un mes para otro».
En su opinión, «China va a dejar de ser competitiva a nivel productivo en los próximos años», pero a cambio se convertirá en el mercado más importante para este grupo empresarial , que factura más de diez millones de euros al año. El motivo es la nueva norma seguridad vial que impondrá la obligatoriedad de las sillas infantiles de seguridad en los vehículos donde viajen bebés. Con 20 millones de nacimientos anuales y 15 millones de coches vendidos el año pasado, las posibilidades de negocio son inmensas para firmas como Babyauto. De momento, es normal ver a los niños con sus madres en el asiento del pasajero delantero y sin el cinturón de seguridad -como en España hace años-, pero el Gobierno chino ya ha puesto en marcha campañas de educación vial y concienciación para usar las sillitas y anclajes infantiles.
Con el propósito de aportar su experiencia en este campo, Babyauto ingresó el pasado julio en la Oficina para la Promoción de la Seguridad de los Pasajeros Infantiles , una institución nacida al amparo del Centro Tecnológico y de Investigación del Automóvil. Junto a este laboratorio nacional y las principales marcas de coches del país, la empresa española contribuirá a mejorar la seguridad infantil en las carreteras de China. Para Babyauto, supone revivir la evolución que vivió España hace diez años, cuando mejoró la seguridad en las carreteras gracias a los acuerdos firmados con la Cruz Roja y la Dirección General de Tráfico (DGT) , que redujeron la mortalidad infantil en accidentes de circulación a las mismas cifras de los años 60 con un parque automovilístico mucho mayor. Además de China, Babyauto ha puesto sus ojos en otros países emergentes como Brasil, Rusia y la India , por donde planea expandirse en el futuro.
Todo ello no sería posible, advierte Eizaguirre, sin «la fuerte inversión que hemos hecho en I+D», que también pesa en la decisión de trasladar de nuevo la fábrica a España «para blindar la producción de las frecuentes copias piratas que abundan en China». En colaboración con la Universidad de Zaragoza , Babyauto dirige una Cátedra de Investigación que ha aportado importantes avances en las pruebas de impacto de las sillitas que se efectúan en España, y que sin duda servirán para que los niños chinos viajen más seguros.
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