Chipre aprueba parte de su plan B, pero deja en el aire las quitas a los depósitos
El Eurogrupo se reúne mañana para analizar si Nicosia cumple los requisitos para recibir el rescate
A Chipre se le acaba el tiempo, y la Unión Europea empieza a perder la paciencia. El ministro de Finanzas, Michalis Sarris, regresó de Moscú sin haber conseguido un acuerdo satisfactorio con las autoridades rusas y el Gobierno buscaba ayer a la desesperada una propuesta que satisfaga a los socios europeos pero a la vez que pueda contar con el apoyo político necesario del Parlamento del país.
«Habrá aspectos dolorosos, pero el país se salvará», aseguraba el presidente chipriota, Nicos Anastasiadis, en su cuenta de Twitter , en una pausa durante la larga sesión parlamentaria. La Cámara de los Representantes acordó a última hora de ayer finalmente por unanimidad la creación de un Fondo Solidario de Inversión para tratar de paliar el agujero financiero de la isla, y una ley de control de capitales que evite una hemorragia masiva de dinero tras la reapertura de los bancos, prevista para el próximo martes.
Las medidas de control incluirían restricciones en las cantidades a retirar diariamente, en las transferencias entre cuentas o entre bancos, en los movimientos de capital y pagos, o la prohibición de la cancelación prematura de las cuentas de ahorro, así como el establecimiento de poderes especiales para el ministro de Finanzas o el gobernador del Banco Central, para que tomen cualquier medida necesaria «por razones de orden público y seguridad».
Por su parte, el Fondo Solidario incluiría activos inmobiliarios estatales y la Iglesia Ortodoxa de Chipre, que este miércoles ofreció su ayuda al gobierno de Anastasiadis, así como reservas procedentes de los fondos de pensiones de los trabajadores públicos.
También se aprobó una reestructuración bancaria que se espera que aporte 2.500 de los 5.800 millones de euros de recaudación que Bruselas exige a Nicosia como condición para el rescate. «Este proceso evitará la bancarrota y protegerá a los depositantes hasta 100.000 euros», aseguró, antes de la votación, el gobernador del Banco Central, Panicós Dimitriadis. No obstante, el aspecto más controvertido del plan del Gobierno, la aplicación de tasas a los depósitos bancarios, fue aplazada hasta hoy, dada su alta conflictividad. Algunas fuentes hablan de que se podría aplicar un impuesto a hasta el 15% para los depósitos de más de 100.000 euros.
No obstante, algunas de estas medidas no gustan en Alemania. En la mañana de ayer, Volker Kauder, líder del democristiano CDU, atacó duramente la idea de nacionalizar los fondos de pensiones para paliar el agujero financiero. «No creo que sea una propuesta que ayude. Chipre está jugando con fuego», advirtió.
Advertencias de Merkel
Más contundente aún fue su compañera de partido, la canciller Angela Merkel, que calificó la propuesta de «totalmente inaceptable». Además advirtió al Ejecutivo chipriota de que «no abuse de la paciencia de la Eurozona».
Otra de las patas del Plan B, la reestructuración bancaria, provocó una enorme inquietud entre los trabajadores y directivos de las secciones griegas del Banco de Chipre y el Banco Popular, respectivamente la primera y la segunda entidad de la isla, después de que se anunciase su reconversión, respectivamente, en un «banco bueno» y uno «malo». Ayer se supo que el Banco del Pireo de Grecia se hará con estas sucursales. Se espera que las oficinas en Grecia abran normalmente el próximo martes, al mismo tiempo que las de la isla.
Desabastecimiento
Con estas medidas encima de la mesa, el presidente del Eurogrupo tiene la esperanza de que se pueda dar el visto bueno al rescate de Chipre. Fuentes comunitarias ven muy complicado que esto se produzca si no hay quita a los depósitos de más de 100.000 euros.
Mientras, en Chipre, comenzaron a producirse los primeros problemas de desabastecimiento en el propio Chipre. En varios supermercados de Larnaca tuvieron lugar pequeños altercados, debido a que estos han dejado de aceptar el pago con tarjeta de crédito. La falta de liquidez está provocando también deficiencias de suministro debido a la imposibilidad de pagar a los reponedores.
El mismo problema, aparentemente, ha empezado a producirse en las gasolineras, cuyos propietarios también pagan los suministros al contado. «No hay escasez de combustible en la isla, pero el problema es que los clientes se están quedando sin efectivo para pagarlo», afirma el jefe de la Asociación de Propietarios de Gasolineras, Stefanos Stefanou. Tal y como ha comprado ABC, la situación no es crítica pero en algunas estaciones han aparecido carteles indicando que no se admite el pago con tarjeta.
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