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En pie de guerra contra la dación en pago

Los expertos creen que perjudicará a los bancos, pero que a largo plazo puede ser positivo

En pie de guerra contra la dación en pago jesús spinola

cristina vallejo

El «lobby» bancario va a celebrar varias reuniones sobre el posible cambio de la ley hipotecaria. Tiene miedo de que las medidas adoptadas por el Gobierno para atajar la tragedia de los desahucios sean sólo un aperitivo. Teme que se den más pasos hacia la dación en pago . ¿Cuáles pueden ser las consecuencias en el sector?

Félix López, de Atl Capital, dice que el mercado no está cotizando la posibilidad de un cambio en la ley hipotecaria: los diferenciales tanto de la deuda bancaria senior como de las cédulas se han estrechado en los últimos días. Según López, si la ley hipotecaria cambia, subiría el interés de los créditos para cubrir la posible subida del coste de emitir cédulas. De todas formas, como dice Ignacio Victoriano, de Renta 4, ya hoy hay problemas de colocación de las titulizaciones: nadie se fía de las valoraciones. Entonces, todavía sería más difícil vender titulizaciones de hipotecas con dación en pago, porque la morosidad y el riesgo de impago aumentarían.

Pero lo que más miedo da es que el cambio legislativo sea retroactivo. Si así fuera, «esto sería un Lehman Brothers», dice Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School. López no cree que lo sea, por lo que no debería afectar a las cédulas en circulación, sino sólo a las nuevas emisiones. Aunque hay que tener en cuenta que las cédulas no pueden ser por un volumen superior a los créditos a ellas asociadas, sino que tiene que ser inferior, con objeto de dar margen a posibles pérdidas.

Efectos en el negocio

Los expertos dicen que un cambio en la ley hipotecaria que merme las garantías de los bancos puede provocar un incremento en los diferenciales aplicados sobre el Euribor. En definitiva: las hipotecas se encarecerán y el crédito se reducirá. En palabras de Joaquín Maudos, catedrático de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, aunque los márgenes bancarios serían superiores, el volumen sería menor.

La incógnita, por tanto, estaría en qué ocurriría con su rentabilidad. Como él mismo reconoce, evitaría el desorbitado crecimiento del crédito de años pasados y, por tanto, también la génesis de una nueva burbuja inmobiliaria. También puede tener, pues, efectos positivos.

Carbó propone otras alternativas para lograr ese objetivo: una normativa más dura de tasaciones, la limitación de los créditos a un 60% o un 70% del valor de la tasación o el establecimiento de un límite a las pérdidas a las que tiene que hacer frente el hipotecado que impague y pierda su casa. También se encarecería la financiación bancaria en los mercados con la dación en pago o con la pérdida de garantías de la banca, por lo tanto, posiblemente, las entidades tendrían que apelar en mayor grado a los depósitos para financiarse. Y ello mermaría sus resultados.

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