Roland Garros
Muguruza: «La Philippe Chatrier te hace sentir muy, muy pequeña»
La hispanovenezolana esconde su edad (2o años) tras una cabeza muy amueblada que sigue creciendo en París; toca Sharapova

Resopla, se apoya en la barandilla y mira el reloj. Baja las escaleras por inercia y se deja caer en el sofá blanco. Se pasa la mano por el rostro y de él aparece una sonrisa que no estaba antes y que dedica a ABC. Por arte de magia, «Garbin» Muguruza (Caracas, 8 de octubre de 1993) ha dejado el partido atrás y se presenta la Garbiñe feliz por estar en los primeros cuartos de un Grand Slam de su vida.
—Es su segundo año en el cuadro final de Roland Garros, pero ¿cómo se ve el torneo la altura que está alcanzando en esta edición?—Es fabuloso. No vine con ningún tipo de expectativa y me encuentro en cuartos de final de un «grande» por primera vez en mi carrera. Todavía es como algo muy irreal, como que lo he hecho, pero no sé muy bien si ha pasado o no. qué voy a decir, muy, muy contenta.
—Su sueño era ganar un Grand Slam, ¿cómo es estar en el camino a conseguirlo tan pronto?—Desde pequeña siempre he soñado con ganar un «grande» y yo, especialmente, eso de ganar partidos en torneos y en pista importantes, buff. Pero al realidad es que hay muy pocas que lo consiguen y estar aquí y ser una de ellas es algo que guardaré siempre.
—Con su juego tan agresivo y tan poco español, ¿quiénes eran sus referencias cuando empezaba?—Conchita y Arantxa me quedaban muy lejos, así que he crecido viendo a Martina Hingis. Después, cuando entré en el circuito, me fijé en Serena Williams que ya era número 1 y juega siempre al ataque.
—Después de derrotarla en la segunda ronda, ¿cómo es el trato con ella?—No es fácil, no hay tiempo de contactar con las jugadoras. Estás concentrada en tu partido, sí que te ves, pero no hay demasiado trato. Con Martina sí me llevo muy bien y he entrenado muchas veces con ella.
—Hace unos meses decía que necesitaba más cabeza para estar arriba, ¿qué ha cambiado para este 2014 con un título (Hobart), una final (Florianópolis) y este Roland Garros?—No hay una fórmula mágica. Tienes que demostrar lo que estás dispuesta a luchar por tu sueño. Ganar a toda costa, hacer lo que habías pensado, trabajado, imaginado tantas veces y hacerlo real. Para eso tienes que vivirlo y aprender de cada partido.
—Pero usted no traía demasiada experiencia en grandes escenarios.—No, pero no se me está dando mal.
—Además de con la historia del Arte y la repostería, ¿cómo desconecta y sale de la presión?—Estoy todo el día con mi equipo, que me hacen pasar esos tiempos muertos pensando en otras cosas, jugando a las cartas o al parchís.
—¿Gana?—No, la verdad es que no gano nunca al parchís. No sé por qué.
—¿Qué espera encontrar cuando salga de la burbuja y le den el móvil?—El teléfono lo he recuperado para estar en contacto con mi familia que me apoya desde la distancia. He cerrado los ojos y los oídos a lo demás. Ya tendré tiempo de leer los mensajes, responderlos y disfrutarlos.
—¿Qué presión extra le supone ser la Diego Costa del tenis, con dos países suspirando por su tenis?—Los dos me están respetando y dándome tiempo para decidir. Sé que haga lo que haga no gustará a todos.
—¿Qué pide antes de enfrentarse hoy a Maria Sharapova?—Seguir mi línea y mi juego. Todo a ganar, nada a perder.
—Para los que nunca la pisarán, ¿cómo es la Philippe Chatrier con tantos ojos fijos en una?—Impresiona muchísimo. Y más cuando sientes que el público está con tu rival, como contra Parmentier. Te hace sentir muy pequeña. Me costó, me sentí agarrotada por los nervios, pero lo superé. Además, he descubierto que me encanta jugar en las pistas centrales. Solo me falta la del USOpen y voy a luchar por jugar ahí este año.
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