abierto de australia
Na Li conquista Australia
La número 4 del mundo logra su segundo Grand Slam tras derrotar en la final a la eslovaca Cibulkova por 7-6 y 6-0

Australia saluda a Na Li, por fin campeona en las antípodas después de superar a Dominika Cibulkova en una final irregular. La china, a punto de cumplir 32 años y que pasará a ser tres del mundo, se impuso por 7-6 (3) y 6-0 a una rival que se desbravó y bajó los brazos después del primer set. Na Li amplía de este modo su palmarés y triunfa en Melbourne sin haber ganado a ninguna rival top ten en estas dos semanas. Pero eso no cuenta, lo que vale es el trofeo. [Narración y estadísticas]
La final empezó de forma sospechosa, con Cibulkova firmando dos dobles faltas al saque. Agarrotado el brazo hasta que se calmó, la eslovaca tuvo que competir durante la primera manga desde la adversidad y despertó a tiempo para salvarse de una pena mayor. Estuvo a punto de ponerse 3-0 en contra con saque para Na Li, pero reaccionó y se creció a partir de sus gritos y miradas desafiantes.
Era la primera gran cita para la eslovaca, tenista de 24 años que cuenta con tres títulos menores en su palmarés. Ha cuajado una magnífica actuación en Melbourne, con victorias de peso como las que obtuvo contra Carla Suárez, Maria Sharapova o en semifinales contra Agnieszka Radwanska, y se mejoró en la final después de ese despertar repleto de nervios.
Li, por su parte, escuchaba la voz de la experiencia, finalista por tercera vez en un grande que se le da muy bien. Optó al título en 2011 y el pasado año, pero se quedó a las puertas de ampliar su colección de títulos, en donde luce por encima de todo el trofeo de Roland Garros de 2011. Además, la estadística le decía que siempre había ganado a Cibulkova, cuatro de cuatro hasta la fecha.
En el imprevisible mundo de la WTA, voluble circuito en donde el saque se pierde con facilidad, se dan finales como la de Australia. Tenía la situación controlada la tenista china, cuarta del mundo, y se enredó en un mar de errores mientras su rival liberaba el brazo. Agresivas las dos desde el fondo, la primera manga se equiparó en casi todo. Carreras, errores, nervios y gritos. Cibulkova le cogió el punto a la cita y aceptó el debate que le proponía la asiática.
Tan intenso fue que se llegó al tie break de la primera manga, llena de alternativas y emoción. A la eslovaca le condenó una doble falta en el undécimo juego, el peor momento posible para esa concesión, pero cuando sacaba Li para poner tierra de por medio se ahogó en sus propios fallos, desaprovechando incluso un punto de set. Ya en el juego decisivo no hubo historia y la tenista china activó la maquinaria, decidida a conquistar su segundo grande.
Cibulkova se dio cuenta de inmediato que se le escapaba su portada. Le pesó horrores ese primer set y empezó el segundo de mala manera, visiblemente incómoda y destrozada por las prisas. Después de los agobios, el pulso se convirtió en un plácido viaje de Na Li hacia la gloria, satisfecha con sus prestaciones.
Se desniveló el partido de forma alarmante y a Cibulkova sólo le quedaba maquillar mínimamente el resultado para compensar su excelente torneo, pero no se libró del rosco. Le atropelló Na Li y a la eslovaca sólo le queda seguir por la misma línea, señalada para luchar contra las mejores pese a su estatura. Son sólo 161 centímetros, pero pelea como la más grande.
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