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Atletismo

Indira Terrero, el bronce que llegó del Caribe

La atleta, tercera en los 400, dejó Cuba en 2010 para comenzar un duro camino que cristalizó ayer con un podio en Zúrich

Indira Terrero, el bronce que llegó del Caribe AFP

Emilio V. Escudero

Antes de viajar a España, en aquel verano de 2010, Indira Terrero (La Habana, 1985) ya había tomado la decisión. Viajaría hasta San Fernando para disputar con Cuba un campeonato Iberoamericano y cuando terminara, se quedaría a vivir en España. Así lo había acordado con algunos conocidos de la isla que habían recorrido un camino similar tiempo antes y así lo cumplió tras haber conseguido una medalla de bronce el campeonato.

Aquel fue su último premio como atleta cubana. Esa noche, junto a otros tres atletas, se trasladó a Castellón y comenzó una nueva vida, pensando más en sobrevivir que en el atletismo. Cuando Indira se instaló en España en junio de 2010 no imaginaba que cuatro años después iba a estar en el podio de un Campeonato de Europa, luciendo la bandera de España y con una medalla de bronce al cuello. Metal similar al que lució en San Fernando una lejana ya tarde de verano hace cuatro años.

El camino en todo ese tiempo no ha sido fácil. De sus inicios en Castellón, Indira pasó a Valencia, donde siguió con los entrenamientos que había comenzado en el Playas de Castellón, club que le abrió de nuevo las puertas del atletismo. Muchos entrenamientos después, Terrero ha recogido la cosecha. Una medalla muy trabajada y más en una temporada complicada por las lesiones. «No tengo palabras. Estoy muy feliz. No me lo creo después del año que he tenido de dolores en las rodillas», señaló la atleta poco después de haber cruzado la línea de meta de los 400 metros en tercer lugar.

«No sentía las piernas»

«Al principio pensaba que había sido cuarta», reconocía Terrero. Una sensación que también reflejaba la imagen de televisión, pero que la «photo finish» se encargó de descifrar a favor de la española. «Lo único que me decía en la recta final era que tenía que llegar. No me puedo debilitar, tengo que seguir hasta la meta y me tiro. No sentía las piernas», señalaba, feliz, la atleta, tercera finalmente tras la italiana Grenot (51.10) y la ucraniana Zemlyak (51.36).

El tiempo de Indira (51.38) coincidió con el de la británica Ohuruogu, campeona del mundo que ayer se quedó sin podio. «Es increíble subir al podio ganando a mi ídolo», afirmaba la española ayer, tras conseguir el objetivo que se había marcado cuando tomó la decisión de abandonar su país. Una medalla de bronce —la cuarta de la delegación española en Zúrich— que la confirma como una de las atletas con más futuro del atletismo español.

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