CICLISMO
Una Milán-San Remo para velocistas
La 105 edición de la «Classicissima», con 294 kilómetros de recorrido, abre este domingo la primavera de los grandes monumentos del ciclismo con un guiño a los ciclistas más rápidos

La 105 edición de la Milán-San Remo, la «Classicissima», abre este domingo la primavera de los grandes monumentos del ciclismo con un guiño a los velocistas, que partirán como favoritos en los 294 kilómetros de recorrido, donde se echará en falta el alto de Pompeiana, suprimido por falta de viabilidad. Empieza el baile de las grandes clásicas con la lista de favoritos más grande de la historia, como aseguró el suizo Fabian Cancellara, ganador en 2008. Sin la Pompeiana, algunos corredores, como Chris Froome, decidieron no acudir, por lo que la prueba vuelve al recorrido de 2007, cuando el español Óscar Freire conquistó uno de sus tres entorchados de la súper clásica italiana.
Los hombres bala del pelotón se frotan las manos. Las dificultades del Turchino, la Cipressa y el Poggio no deberían evitar el mismo desenlace de años anteriores. La decisión, en manos de los esprinters. En ausencia del belga Tom Boonen, tomarán la palabra Cavendish, Sagan, Greipel, Kittel, Degenkolb o el último vencedor, el alemán Ciolek. Entre los españoles las bazas se centran en el Movistar, con José Joaquín Rojas y Fran Ventoso, acompañados por Andrey Amador, Dayer Quintana, Juanjo Lobato, Adriano Malori, Jasha Sütterlin y Enrique Sanz.
Sin la Pompeiana, que se debía subir entre La Cipressa y el Poggio, la organización no ha podido concretar el intento de romper la carrera y abrirla a corredores más completos. Se trata de una subida, de cinco kilómetros, con una pendiente media del 5% y una máxima del 14%. La novedad había tenido un efecto llamada entre corredores como Chris Froome o Alejandro Valverde, pero sin ella optaron por apartarse ante la presumible fiesta de los velocistas.
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