Ilusiones sin remate de tres novilleros en San Isidro
Alejandro Marcos sufre una fuerte voltereta y da la única vuelta al ruedo en una novillada de La Ventana de variado juego

Crónica
Me cuenta una amiga que, a su hija, una joven formal, buena estudiante, no le gustan los toros. Logró que la acompañara, el pasado viernes. Le gustaron el ambiente, el colorido y algunos momentos de emoción pero le molestaron profundamente los once descabellos de El Juli . Después de ver eso, no será fácil convencer a la chica de que vuelva a los toros.
Hasta los años veinte, la gente aceptaba ver las tremendas cornadas a los caballos. Llegó un momento en que ya no: era inevitable introducir el peto. Ahora mismo, el público poco habituado no soporta ver los fallos reiterados con la espada o el descabello. Si queremos que acudan (¡por supuesto que queremos!) se impone limitar el número de veces que se utiliza la espada y el descabello; no sólo el tiempo, como ahora sucede: más allá de un cierto número (¿cinco, por ejemplo?), el presidente ordenaría que el toro fuera devuelto a los corrales o apuntillado en el ruedo. Esto plantea problemas pero no son insolubles. Muchos aficionados puritanos se opondrían y esto exigiría una reforma del Reglamento (en realidad, de los Reglamentos, por el disparate a que ha conducido la organización autonómica) pero es la única forma de atraer a nuevos espectadores. Si los taurinos se niegan a verlo...
Los novillos de La Ventana del Puerto han tenido movilidad y aceptable juego. Los tres novilleros han puesto voluntad y demostrado ciertas cualidades, sin llegar a cuajar la faena.
Conocemos ya la buena línea del salmantino Alejandro Marcos . Al primero, que flaquea pero es encastado, le coge el ritmo en algunos naturales. Cuando va a matar, el novillo le arrolla como un tren; conmocionado, se niega a entrar en la enfermería y lo mata con mérito: le premian con la vuelta al ruedo. El cuarto es más complicado, protesta y se cierne. El diestro se muestra correcto pero conecta poco y mata mal.
El peruano Joaquín Galdós , que acaba de cortar dos orejas en Sevilla, va a tomar pronto la alternativa. Se luce en el segundo en verónicas suaves, brinda al cielo y se muestra muy puesto, mandón, ligando los muletazos, pero mata caído. Al quinto, que corta en banderillas, lo trastea con buen oficio hasta que el novillo se raja. Todo lo emborrona con otro bajonazo.
Juan de Castilla se ganó la sustitución de Adame al matar cuatro novillos, hace una semana. El tercero es incierto, hace hilo con los banderilleros pero transmite mucho. El joven colombiano lo sujeta y liga buenos muletazos, de mano baja. Parece que va a ser faena de oreja pero el novillo empeora y mata mal. Realiza en el quinto un vistoso quite, que cierra con una larga de rodillas. El sexto se deja pero se va apagando. Juan traza derechazos con buen oficio pero prolonga y mata mal.
No han estado mal los tres novilleros... pero tampoco bien del todo. No es lógico extremar la dureza con los jóvenes pero deben medir más las faenas –un vicio que heredan de las figuras– y mejorar, en la suerte suprema.
Una vez más, he recordado el verso de Gerardo Diego. «Todo en la vida es casi y es apenas...» Así ha sido también, esta tarde, en la última novillada de la Feria.
Postdata. ¿Por qué no podemos decir que la Tauromaquia es «paritaria, intergeneracional, progresista, solvente, dialogante, trabajadora y decente» ? Así ha definido el «gobierno en la sombra» del PSOE Meritxell Batet, su presunta vicepresidenta. ¡Lástima que, entre los taurinos, no tengamos a alguien que domine tan bien la inane jerigonza del lenguaje «politiqués»! (O quizá no, diría Rajoy). La diferencia es clara: en los toros se gana gloria, con valor y con arte; no, escaños, con eslogans vacíos.
Directo
Sexto novillo
A Juan de Castilla le toca «Bonoloto», baustimo de este cuajado sexto de La Ventana del Puerto. Es negro, herrado con el número 141 y pesa 526 kilos. El novillo se pega un volatín a la salida del caballo. El colombiano brinda «a todas las familias de todos los toreros, por la familia de Renatto y por la gloria que le da al toreo». De Castilla lo templa a media alturita e intenta alargar el viaje. El novillo se va apagando y, pese a la disposición del torero de Medellín, no hay eco. Alarga y remata por valerosas bernadinas. Pinchazo, estocada y cuatro descabellos. Aviso. Silencio.
Quinto novillo
Sale Lavandero, negro bragado meano axiblanco, de 533 kilos. Juan de Castilla entra al quite por cordobinas, rematadas con una larga cambiada de rodillas que levanta las palmas. El peruano Galdós le busca las vueltas con oficio a un novillo manso y deslucido, que se raja y huye a tablas. Bajonazo. Silencio.
Cuarto novillo
Parasolillo se llama el cuarto, engro, de 522 kilos. Alejandro Marcos salió ya de la enfermería, aunque el doctor García Padrós le ha recomendado pasar luego por el hospital para hacerse un estudio por el fuerte golpe. El salmantino comienza torero una faena en la que demuestra por momentos su buen concepto pero que no cala y no acaba de entenderse con los tendidos. Tres pinchazos y estocada. Silencio.
Tercer novillo
Ya está en la arena Resistemucho, negro listón chorreado, de 519 kilos. Se dobla Juan de Castilla con el novillo y luego liga una serie diestra. Mejor la siguiente, con el novillo que embiste con boyantía. Sigue dándole tiempo y distancia el colombiano, que busca el temple y la ligazón pero sin excesivas apreturas. Por el izquierdo le cuesta más el lucimiento. La faena va a menos y el novillo saca problemas. Dos pinchazos y estocada. Silencio. Ovación a Resistemucho.
Segundo novillo
El segundo ya está en la arena. Lituanillo es negro y pesa 469 kilos. Joaquín Galdós, que deja un buen quite por chicuelinas, brinda la faena al cielo, en memoria de Renatto Motta. El novillero peruano está muy valeroso y asentado, se le ve muy puesto y está por encima de un novillo que se mueve pero sin acabar de transmitir. Estocada caída. Silencio.
Primer novillo
Sale el primer novillo, Huracán, número 35, castaño, de 494 kilos. Este novillo inicial se mueve pero descompuesto con evidente falta de fuerzas. Por el izquierdo saca una tanda buena, en la que el de la Ventana va con cierta clase, pero en la siguiente se para y le pega un arreón, sin consecuencias. Continúa por ese lado y hay algún muletazo de buen trazo, pero no hay eco en los tendidos. En el cierre por alto a dos manos, Huracán se lo lleva por delante, se lo echa a los lomos y cae sobre la cabeza, con un golpe horroroso. Se queda totalmente grogui, trata de incorporarse pero se le nota conmocionado y se lo llevan en volandas camino de la enfermería, pero finalmente vuelve a la cara del toro para matarlo. Estocada. Aviso. Vuelta al ruedo tras petición.
rmería, pero finalmente
Paseíllo
Con dos tercios de entrada, hacen el paseíllo Alejandro Marcos, de grosella y oro; Joaquín Galdós, de canela y oro, y Juan de Castilla, de purísima y oro.
Antis
La gente comenta el incidente ocurrido ayer en la Puerta Grande, donde un grupo de antitaurinos se plantaron e impidieron el paso a los aficionados hasta que la Policía se los llevó. El animalismo radical no conoce límites [artículo]
Sorteo
Esta mañana se enchiqueraron seis novillos de La Ventana del Puerto, cuyo peso medio es de 510 kilos. Abrirá plaza Huracán.
Cartel
¡Buenas tardes! Bienvenidos a la tercera novillada de la Feria de San Isidro. Se anuncian Alejandro Marcos, Joaquín Galdós -que ayer rozó la Puerta del Príncipe en Sevilla [así fue] - y Juan de Castilla -que sustituye al herido Luis David Adame-.
Previa
Seis novillos de La Ventana del Puerto ya esperan en los chiqueros para ser lidiados en la tercera y última novillada de la Feria de San Isidro 2016. Alejandro Marcos, Joaquín Galdós y Juan de Castilla , que sustituye a Luis David Adame, herido, harán el paseíllo. El encierro tiene un peso medio de 510 kilos.
Este es el orden de lidia:
1. Huracán, número 35, castaño, de 494 kilos.
2. Lituanillo, número 80, negro, de 469 kilos.
3. Resistemucho, número 44, negro listón chorreado, de 519 kilos.
4. Parasolillo, número 167, negro, de 522 kilos.
5. Lavandero, número 20, negro bragado meano axiblanco, de 533 kilos.
6. Bonoloto, número 141, negro, de 526 kilos.
Los sobreros pertenecen a las ganaderías de Carmen Valiente (Cuatrocuernos) y Guadajira (Casiempuja).
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