También los Miuras flaquean
Rafaelillo, que resulta herido, hace lo más destacado en una corrida deslucida en el broche de San Isidro

Crónica
La tradicional corrida de Miura cierra la serie continuada de corridas, que ha durado 32 días. El próximo fin de semana será el remate, con las de Beneficencia, que presidirá –¡por fin!– Don Felipe y la de la Cultura. Decir «Miura» y «tradicional» es una redundancia : esta ganadería encarna una tradición venerable. Lo definió el maestro Antonio Burgos: «Ojalá todas las esencias y tradiciones de Españas se hubieran conservado con la fidelidad y el rito de la Casa Miura». Por desgracia, la tradición no basta, si el resultado es malo. Los toros de Miura no han respondido de ningún modo a la expectativas que siempre levantan: se han devuelto dos, por flojos; además, no han mostrado ni la bravura pujante ni las dificultades que han dado prestigio a esta divisa. Me apena que sólo den buen juego los dos sobreros, de Buenavista y El Ventorrillo. Solamente Rafaelillo recibe una ovación, al pasar a la enfermería, con dos puntazos , en el muslo izquierdo y la axila derecha, después de matar al cuarto.
El primero embiste con nobleza, templado pero justo de fuerzas: no es eso lo que se espera de un Miura. Rafaelillo logra derechazos lentos , a media altura, con escasa emoción; por la izquierda, el toro va muy paradito. ¿Un Miura bondadoso? También los ha habido, en la historia, pero no son los que han dado más fama a este hierro. El cuarto sale probando. Lo recibe Rafaelillo con una larga, de hinojos, y verónicas, tanto de pie como de rodillas: la primera ovación firme de la tarde. El toro mansea claramente, en el caballo; embiste rebrincado, a saltos. En la muleta, muestra el diestro su habilidad para lidiar estos toros, buscándoles las vueltas. Dándole distancia y aguantando mucho, lo va metiendo en el engaño, con entrega total. Recibe dos pitonazos y el público advierte más su mérito; sin chaquetilla, acaba «a la antigua», macheteando y cogiéndole el pitón. Con habilidad, clava media estocada y recibe una fuerte ovación, al pasar a la enfermería. Por lo menos, este toro ha tenido complicaciones y el público las ha advertido.
Dos sobreros
Once años después de haberse retirado, Eduardo Dávila Miura tiene el gesto de anunciarse, con la ganadería de su casa, en Madrid, una de las Plazas donde menos triunfos logró. (Ya lo ha hecho en Sevilla y Pamplona; le quedan Bilbao y, quizá, México). Lo reciben con una justa ovación. Por desgracia, no llega a matar ningún Miura, al devolverse los dos, por flojos. El segundo, sobrero de Buenavista, sale enterándose, como si estuviera corraleado, pero rompe a embestir largo y humillado. A Eduardo se le ve seguro, en forma, pero le reprochan la colocación. El quinto, sobrero del Ventorrillo , también resulta un noble toro, con el que se agarra bien el picador Doblado. Con facilidad, Dávila lo engancha y liga muletazos clásicos; destacan los pases de pecho, echándose todo el toro por delante. Concluye con buenos ayudados por alto y mata a la segunda: le aplauden, se va satisfecho… pero no ha matado ningún Miura (a lo que venía).
El albaceteño Rubén Pinar sufrió un grave percance, en el campo; volvió por sus fueros, el año pasado, en su tierra y en Las Ventas. El tercero se llama «Zahonero», como el que triunfó, aquí, hace tres años, pero se cae, surge la bronca: parece noble, sin emoción… hasta que le da un susto a Rubén y se comprueba que busca, por los dos lados. Mata a la tercera. El último, el más serio de la corrida, también pierde las manos, en varas, y nacen, una vez más, las protestas. El toro no se entrega, no transmite, queda corto, apenas pasa. Pinar corta rápido el trasteo y le aplauden. Esta tarde, no ha tenido ninguna opción.
En las telenovelas mexicanas , aprendí que «los ricos también lloran»; en Las Ventas, esta tarde, que los Miuras también flaquean. En el tendido, un gracioso comenta que también Rajoy actuará con impaciencia, alguna vez. Y otro espectador, más realista, señala que, en un país donde un presidente autonómico hace trampas continuas para incumplir la Constitución, no es tan raro que hasta los Miuras flaqueen… Espero que haya sido sólo una tarde desgraciada.
Directo
Sexto toro
Escogido, número 28, cárdeno axiblando, de 615 kilos. No da ninguna opción a Rubén Pinar, que fue silenciado.
Quinto toro
Listonero, número 39, cárdeno bragado, de 554 kilos. Un miura que blandea y es devuelto entre la decepción. Al final Dávila no va a matar ninguno de los toros de la familia. Brinda al público el sobrero del Ventorrillo, un toro con movilidad y buen son. El sevillano se dobla con él y luego sigue a derechas en series templadas. Bueno también el zurdo, aunque mejor el diestro. Por ese lado se desprende de la ayuda, en una tanda con gusto. Ayudados a media altura en el broche, con un sentido de pecho. Pinchazo y estocada. Saludos con división.
Cuarto toro
Torrijo, número 28, cárdeno, de 606 kilos, más cuajado que sus hermanos, en otra línea, y al que Rafaelillo da la bienvenida con brillantez, en los momentos más emocionantes de la corrida. En la muleta sufre un susto y recibe un pitonazo. Se despoja de la chaquetilla y sigue toreando con mérito hasta pasaportarlo. Es ovacionado con mérito.
Tercer toro
Zahonero, número 55, cárdeno bragado meano, de 557 kilos. Otro toro que flojea y es candidato a pañuelo verde. Rubén Pinar se muestra muy profesional con el miura, pero mata mal. Dos pinchazos y estocada. Silencio.
Segundo toro
Sale el agalgado Africano, número 21, negro entrepelado listón salpicado, de 543 kilos. Embiste templadito desde la salida y Dávila Miura deja una bonita media. Se atisban sus pocas fuerzas, que se incrementan en varas y en banderillas. Asoma el pañuelo verde. Sale un sobrero de Buenavista, Iluminado, un "viejo conocido" en los programas de manos. Se dobla con el toro para ir ahormando la embestida del escarbador toro, con opciones y mejor embroque que final. Dávila saca alguna serie con emoción dentro de la desigualdad. Pinchazo y estocada.
Primer toro
Laneto, número 38, cárdeno bragado, de 527 kilos. Nada sobrado de trapío, no agrada a a un sector. Rafaelillo lo lidia desde la salida. Le zurran luego en varas y sangra mucho. Noble por el derecho, le permite sacar templados derechazos. También es potable por el zurdo. De tanta nobleza le falta algo de chispa, pero es un miura con clasee para disfrutar. Pinchazo hondo y dos descabellos. Silencio.
Paseíllo
Con casi lleno, hacen el paseíllo Rafaelillo, de azul pavo y oro; Dávila Miura, de verde esperanza y oro, y Pinar, de azul pavo y oro. Sacan a saludar a Dávila en su vuelta a Madrid.
Sorteo
Esta mañana se sortearon los toros de Miura que se van a lidiar a partir de las siete de la tarde. Los sobreros son de Buenavista y El Ventorillo.
Cartel
¡Buenas tardes! Bienvenidos a la última corrida de la Feria de San Isidro. Con 32 días seguidos de toros, hoy se pone el broche con una miurada de la que darán cuenta Rafaelillo, Eduardo Dávila Miura y Rubén Pinar.
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