«Yo he visto a Manolete»

«Yo he visto a Manolete», se vanagloriaba el crítico de ABC Giraldillo en su crónica de la Corrida de la Prensa de 1944 . El Monstruo de Córdoba conquistó de forma incontestable a la afición madrileña en la tarde del 6 de julio con un sobrero de la ganadería portuguesa de Pinto Barreiro , que entró en la historia del toreo. Hablar de «Ratón» es hablar de la cima de un torero de época.

Manolete, con una alternativa sevillana de 1939, ya conocía el sabor dulce por partida doble de la Puerta Grande de Las Ventas. Considerado como una primerísima figura, Madrid le esperaba y tuvo que emplearse a fondo para frenar las protestas que surgieron en su primer toro.

La suerte quiso que el sexto fuera devuelto y se produjera su encuentro con «Ratón». Ya con el capote, una media verónica provoca que el ruedo se llene de sombreros, y con la muleta el disloque. Seis naturales ligados con el de pecho marcan una faena ejecutada en un palmo de terreno. Entusiasmo y gritos de asombro, y tras la estocada hasta tres vueltas al ruedo a hombros .

«En Madrid, Manolete no mira al toro. Tenía dominado al Destino . Era la epopeya que no quiere palabras». Giraldillo dixit.