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Alejandro Talavante, el último solitario

Madrid se paraliza hoy con el acontecimiento taurino del año: el primer «samurái» del siglo XXI se cita a solas con seis toros de Victorino

Alejandro Talavante, el último solitario ABC

ROSARIO PÉREZ

Lleva parado en un andén que pone Ventas desde barbilampiño. Cuatroscientos kilómetros le separaban de esa ciudad «que no pregunta de dónde vienes pero sí qué tienes que decir». Muleta y espada en mano, Alejandro Talavante (Badajoz, 1987) guarda un discurso íntimo, sin partituras, para enseñar en la plaza donde se cruzan los caminos de sombra y sol, de pasión y de dolor. «Hoy es el día de olvidarse de guiones preestablecidos, liberarse y crear». Es la hora de sembrar con seis toros de Victorino Martín (atrás queda una encerrona sin final feliz en 2009).

Rodeado de casi 25.000 almas, será un encuentro a solas –como lo ha bautizado el empresario José Antonio Martínez Uranga – en un Madrid que no suele preguntar de dónde vienes pero sí qué estás dispuesto a dar. «Lo que más valoro: la vida ». Palabra de Talavante, que sigue hoy los pasos del «Club de los Cinco» que se atrevió con tal reto en la Monumental: Andrés Vázquez, Francisco Ruiz Miguel, El Niño de la Capea, Roberto Domínguez y Manuel Caballero. El quinteto de gestos acabó en una hazaña coronada por la Puerta Grande.

Ahora es el turno del matador pacense en una corrida que se ha convertido en el acontecimiento de la temporada madrileña y que ha traspasado las pantallas de las principales cadenas en un spot . Las entradas se agotaron en seis horas y la reventa se ha subido a las nubes. A ellas quiere trepar el Alejandro «Magno» de Extremadura. En la recámara de la torería, media docena de balas de los mantenedores de la bravura.

Los cinco magníficos que le precedieron rememoran sus glorias y esgrimen las claves para desentrañar las embestidas de los victorinos y conquistar el trono venteño:

ANDRÉS VÁZQUEZ

Fue el primero en proponer una encerrona con los toros de la A coronada. Su triunfo tuvo una intrahistoria detrás : «Nunca he contado lo que pasó, pero esa corrida estuvo a punto de no darse. Rechazaron tres toros y yo dije que no toreaba. Hasta vino a casa el ministro de Gobernación , al que mostré que en mi contrato se especificaba que yo solo mataría los seis victorinos. Tuvo que posponerse al año siguiente, 1970». ¿Algún consejo para Talavante? «Como decía Antonio Bienvenida , ir a la plaza con alegría , para estar a trancas y barrancas más vale retirarse. Yo le deseo mucha suerte, porque Alejandro es un hombre de los pies a la cabeza y el único de su promoción que se apunta a esto».

Consejos. «Faenas cortas, mente fresca, mando en la cuadrilla y lidia»

Reconoce que «es una aventura muy dura , pero cuando arrastren al sexto tendrá una sensación incomparable». ¿La actitud con el bueno y la alimaña? «Si sale ese toro que se mancha el morro de arena, hay que templarlo y torearlo con entrega; y si sale el malo, lidiarlo , que es un verbo que parece olvidarse. Y faenas cortas. ¿Puedo decir una cosa más que estamos en democracia?». Adelante: «El matador tiene que mandar con carácter sobre la cuadrilla , incluso un poco dictatorial. Hay que actuar con inteligencia, que de valientes están las sepulturas llenas. Y, ojo, al toro hay que hablarlo y tratarlo como a un amigo».

FRANCISCO RUIZ MIGUEL

El hombre con récord de victorinos estoqueados (89) habla en corto y por derecho: «El torero tiene que ir con la mente fresca, atacando y arreando desde que salga del patio de cuadrillas, sin esperar al toro con facilidades». La figura de San Fernando, que alcanzó la gloria profesional y personal con este hierro, tiene fe en la corrida –«el ganadero ha elegido a los de mejor familia»– y en Talavante, «que tiene un sitio fabuloso y capacidad para resolver». Tanto es así que se ha jugado una comida.

Su quiniela reza así: «Una oreja en el primero, otra en el tercero y las dos del sexto». Hasta ayer mismo desconocía si presenciaría el espectáculo en directo: «Lo decidiré este mismo sábado, porque se sufre mucho viendo torear a una persona a la que aprecias y admiras».

EL NIÑO DE LA CAPEA

Despachó la victorinada en una hora y tres cuartos . Aquella Corrida de la Prensa supuso una explosión de tauromaquia. Antes de la felicidad «hubo muchos nervios , intranquilidad por la presión, pero al llevar la gesta a buen puerto sentí una gran satisfacción». ¿La receta? «Como dicen en México , no me gusta ser metiche». Seis toros forman una película con un primer fotograma «para soltar nervios y a partir del segundo no dejarse nada, ir a tumba abierta y aprovechar cada embestida».

Sentencia el maestro salmantino que, con un reto de tal calibre, «en Madrid la belleza pasa a segundo plano y estar variado es difícil; hay que domeñar, corregir defectos y tener la espada afilada». Su esplendor fue tal que hasta el Rey le pidió las orejas . «Después de que mi entorno no apoyara mi iniciativa, aquello fue una aventura maravillosa», sentencia Capea, que no se perderá el desafío talavantino. «¡Suerte, Alejandro!» .

ROBERTO DOMÍNGUEZ

Rememora aquella tarde del 89 como «una de las más trascendentales de mi vida» y advierte al protagonista de hoy que «puede ser definitiva en su carrera». ¿Alguna recomendación? «El que es capaz de anunciarse con seis victorinos tiene que saber resolver ». Y afirma que «no existe un secreto concreto, sino que lo más importante es la mentalización , porque si ella falla puede jugar malas pasadas; tiene que ser él mismo y fuerte de mente».

MANUEL CABALLERO

Asegura que aquel mayo de 1998 «marcó un antes y un después en mi carrera, me dio caché». El ya penúltimo héroe frente a una victorinada, que confiesa que las horas previas al paseíllo le « temblaban hasta las piernas», huye de las «recomendaciones» y comenta que «matar seis toros requiere una exigencia física y psíquica enormes». Aunque prefiere no dar pócimas, como el resto de elegidos advierte de que «hay que arrear y hacer el esfuerzo desde el principio, aprovechar cada toro».

Llegó la hora de la llamada de dos elegidos: Victorino Martín, el dios ganadero en Madrid, y Alejandro Talavante, el primer samurái del siglo XXI , frente a frente. Todo el tiempo es hoy.

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