En el nombre de Mario Vargas Llosa
Aitana Sánchez-Gijón e Irene Escolar hablan sobre «La Chunga», que hoy se estrena en el Español
En Piura (Perú) encontró Mario Vargas Llosa a La Chunga. La encerró primero en las páginas de su novela «La casa verde», pero ella no se resignaba a quedarse allí, y su creador le escribió una obra de teatro, que vio la luz en 1985 y que hoy renace en en Teatro Español, en una producción dirigida por Joan Ollé que ha «conmovido» al autor, según confesaba éste en la presentación de la obra. A la taberna que regenta La Chunga, y en la que un grupo de hombres bebe y juega, llega una noche Mechita, una bella joven, enamorada de Josefino, uno de los «inconquistables», como ellos mismos se denominan. Tiempo después, lo que terminó pasando esa noche sigue siendo un misterio...
Aitana Sánchez-Gijón encarna a La Chunga. Se enamoró del personaje en cuanto leyó la obra. «Fue un flechazo instantáneo -dice la actriz-. Sentí que tenía que hacerlo, que no tenía otra opción; no sabía si yo podría llegar a lo que yo imaginaba que podría ser el personaje, si lo podría llevar a buen puerto, si me estaba metiendo en un lío, si iba a ser capaz. Pero cuando tienes algo que hacer, no importa el riesgo; da igual que te equivoques, da igual que te estrelles. Es una necesidad. No lo puedo racionalizar, pero hacerlo era una necesidad».
Irene Escolar es Meche, un personaje muy alejada de la joven actriz -como La Chunga lo está de Aitana; tanto, que incluso Mario Vargas Llosa tenía, a pesar de su admiración por la actriz, sus dudas sobre su idoneidad.-. «No hay reglas -dice Irene-. Un personaje que aparentemente tiene muchas cosas similares a ti puede que no tenga tantas cuando te pones a interpretarlo. La Chunga, evidentemente, no tiene nada que ver con Aitana ni por físico, ni por clase social, ni por carácter... Yo pensaba que Mechita tenía muchas cosas de mi, y luego no son tantas... Pero al fin y al cabo el actor interpreta el personaje desde uno mismo, y el personaje siempre tiene algo de ti. Eso de que te metes en el personaje no me lo creo; no te metes, lo trabajas y lo defiendes, pero al personaje lo vas descubriendo durante los ensayos y gracias, sobre todo, a lo que te van dando los compañeros».
«El actor interpreta el personaje desde uno mismo, y el personaje siempre tiene algo de ti»
El origen
La novela «La casa verde» es el origen de «La Chunga». Aitana reconoce que la leyó para conocer mejor a su personaje. «He descubierto su origen, que se desvela al final de la novela. Y cuando leí de dónde venía La Chunga (es hija de una muchachita ciega de doce años a la que prácticamente secuestra el dueño de la Casa Verde, y que muere desangrada en el parto de La Chunga), me impresionó mucho. Fue una revelación y me ayudó a comprender la fuente de su dolor y de su desgarro vital, que parte de su nacimiento». La novela, además, retrata muy bien, dice Aitana, «la atmósfera; sientes muy bien los vendavales de arena, que se te mete en la boca y los ojos; escuchas el habla peruana, les ves sudar, comportarse, moverse... La violencia, la poesía, esa cosa exótica tan alejada de lo nuestro... Todo eso me metió en el universo de La Chunga y me hizo comprender su procedencia».
Irene Escolar, por el contrario, no ha leído todavía «La casa verde», pero lo hará pronto. «Mechita es un personaje que Mario, según me contó, inventó para La Chunga, es externo a la Casa Verde. Ella es ajena a ese mundo; entra en el bar de La Chunga y yo quería poder sorprenderme con lo que me iba a encontrar cada dia ahi, descubrirlo en cada función. Saber demasiado me bloqueaba la imaginación, y yo creo que en el teatro la imaginación es a menudo mejor que la información».
«"La casa verde" me ayudó a comprender el origen de La Chunga»
El martes, tras el primer pase con público, los actores cenaron con el autor, Mario Vargas Llosa. «Nos contó -relata Irene- que la Casa Verde de Piura era un lugar en medio del desierto, a la que todos los niños miraban con fascinación, veían quién entraba, quién salía; era un sitio del que se hablaba continuamente. Y yo puedo entender ahora mejor qué significa para Mechita la Casa Verde; un lugar horrible, enigmático, terrorífico».
Los ojos de Mario
Vargas Llosa asistió el sábado por primera vez a un ensayo de «La Chunga». «He de confesar -reconoce Aitana- que yo tenía ya un estado de nervios, de ansiedad y un vértigo que necesitaba verle los ojos a Mario. Yo sabía que pasara lo que pasara él iba a ser absolutamente gentil, que nos iba a apoyar... Pero sabia también que le iba a mirar a los ojos, iba a escuchar su voz e iba a saber la verdad. Y anhelaba que nos diera su beneplácito, porque sabía además que tenía sus reservas. Su reacción fue muchísimo mejor de lo que nos esperábamos; subió al escenario para abrazarnos profundamente emocionado, se le quebraba la voz. A partir de ahí yo empecé a respirar, a estar tranquila; siento una gran responsabilidad de cara al público y por toda la expectación que ha generado el montaje, pero en lo más profundo, puedo estar tranquila, porque la mirada de Mario me ha dado su beneplácito».
Mario Vargas Llosa no es cualquier autor. Es un premio Nobel de Literatura. Irene Escolar dice que «me ha sorprendido su humildad a la hora de entender que para poner en boca un texto teatral muchas veces hay que tomarse ciertas licencias. Y él lo ha entendido perfectamente. Esto demuestra su respeto y su generosidad». «Ya estaba muy "aleccionado" desde que trabajó como actor, con Joan Ollé y conmigo. Él mismo vio que el texto es una herramienta que también debe estar viva, no se puede cerrar y blindar. Ha de ser maleable y estar al servicio de la historia que se quiere contar».
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