«Los grandes músicos clásicos eran muy gamberros»

A pesar del estigma de producto cultural elitista del que adolece hoy en día, hay ocasiones en las que la música clásica vuelve a ser aquel entretenimiento para el gran público que fue. Amén de bandas sonoras de película que rescatan grandes clásicos o de formatos para enganchar a los más pequeños, la obra de teatro Pagagnini , una producción de Yllana en colaboración con el famoso violinista Ara Malikian , lleva seis años acercando este género al público no especializado en teatros de todo el mundo.

«Manuel de Falla dijo que la música clásica no hay que entenderla. No hace falta saber la forma, cómo se ha compuesto, la técnica, si Mozart ese día tenía diarrea ...», analiza Ara Malikian. El tono de su comentario revela uno de los secretos del éxito del espectáculo. Y es que en Pagagnini los músicos arrancan la pomposidad con la que normalmente se vende el género para dar paso a una alocada combinación entre música clásica, coqueteos con géneros como el tango o el flamenco y gags de humor.

«La imagen de los músicos clásicos está muy distorsionada», comenta el chelista Garxot Ortiz. «Pero es que te dicen cómo comportarte, te enseñan disciplina, te exigen ponerte un frac para tocar... Así parece que matan un poco al músico, al loco que llevas dentro», se lamenta.

Esta imagen alejada del hombre más de a pie es una concepción que, para el reparto de Pagagnini, no solo no encaja con ellos sino que tampoco con el de los músicos clásicos más famosos. «La música clásica era muy popular hace unos siglos, y los grandes músicos eran muy gamberros», pone de manifiesto Malikian. «El propio Pagagnini daba conciertos encima de las mesas de las tabernas del puerto de Génova», añade junto a él el violonista Eduardo Ortega.

El reparto de Pagagnini, que permanecerá en el Teatro Caser Calderón de Madrid hasta el próximo 13 de octubre, recibió a las cámaras de ABC esta semana para dar a conocer parte de su espectáculo y compartir sus anécdotas más divertidas como músicos.