ARTE
La sostenida defensa pictórica de Miki Leal
Con el tenis como excusa (y Rafa Nadal entre los convocados), Miki Leal defiende la pintura en la galería F2

A finales del siglo XIX se empezó a afirmar la independencia de la pintura con respecto a sus contenidos. Fue Maurice Denis el primero que insistió en que, antes que nada, «un cuadro es un conjunto de manchas y colores dispuestos en cierto orden». El músico Arnold Schönberg gustaba de decir que «se pinta un cuadro, no lo que representa» . Con ello la pintura alcanzó su autonomía y una cierta indiferencia con respecto a los contenidos y los significados.
Esta autonomía se reafirmó con el Cubismo y la abstracción , aunque la verdadera indiferencia con respecto a los contenidos se consolidó con el Minimalismo . Frank Stella y Donald Judd afirmaban que si sus obras eran simétricas era tan solo para deshacerse de todos los efectos compositivos, valores y sentimientos de la tradición europea. Entre aquella abstracción pictórica y el nuevo Minimalismo, las pinturas de dianas y banderas de Jasper Johns supusieron una definitiva afirmación de la absoluta independencia de la pintura con respecto al objeto representado. Sin embargo, una bandera es siempre algo más que una mera superficie de color. Y uno no puede pintar impunemente una sin suscitar cientos de referencias, sentimientos y valores.
Todas estas meditaciones vienen a cuento de la exposición de Miki Leal en la galería F2 , dedicada a desarrollar pictóricamente su pasión por el tenis y a manifestar su admiración por los más grandes tenistas de la Historia. Una sorprendente instalación, con curiosos remates cerámicos, corta en dos la galería, a modo de cancha. Allí Lacoste, Fred Perry, Pete Sampras o Rafa Nadal tienen sus cuadros dedicados. Aunque no se trata en modo alguno de retratos, sino de composiciones pictóricas, en las que a veces se alude a la red, a veces a la raqueta, a veces al campo y otras a la camiseta de los deportistas. Es posible que el pretexto para la pintura sea lo de menos y que, con estas composiciones, el artista persiga en realidad realizar meros ejercicios compositivos, en los que se expresa libremente la línea, la figura y el color. Pero, lo mismo que las banderas de Jasper Johns no pueden dejar de ser una bandera, con todas sus alusiones, patrióticas o imperiales, tampoco los cuadros de Miki Leal resultan del todo indiferentes a sus alusiones.
Defensa de la técnica
La exposición se titula La línea de fondo . La línea de fondo es el espacio desde el que se produce el saque y desde donde se aguarda la defensa. El mero hecho de no ser más que una línea de pintura nos hace pensar que también el artista se aferra a la misma como punto de partida y como defensa de la pintura. En último término también es cierto que, al final, una cancha de tenis no es más que un espacio artificial delimitado -creado en realidad- por unas líneas de pintura y una red. Y esto es lo que hay en esta exposición: una sostenida defensa de la pintura.
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