Velázquez retrató a un inquisidor sobre una Virgen Dolorosa
Carmen Garrido redescubre un cuadro perdido de Velázquez (el «Retrato de Sebastián de Huerta», secretario de Felipe IV), cuyo informe técnico publica en la revista «Ars Magazine»
Por difícil que parezca, siguen apareciendo obras perdidas de Velázquez o se le atribuyen algunas que no lo estaban. El último caso es un retrato de Sebastián de Huerta (1576-1644) , secretario de Felipe IV y del Tribunal de la Inquisición . En 1936 lo incluyó como obra de Velázquez en su catálogo razonado August L. Mayer , pero entonces identificaba al retratado como Juan de Fonseca , Sumiller de Cortina del Rey. Unos años después, en 1963, José López Rey , en colaboración con Angelica Mayer, repiten en un nuevo catálogo razonado del maestro sevillano la misma información que había proporcionado Mayer. Finalmente, pero no se incluyó en la publicación definitiva.
A partir de entonces esta obra cayó en el olvido . Ahora busca su sitio en el corpus de la obra velazqueña, gracias al estudio que ha efectuado Carmen Garrido , jefe del Gabinete de Documentación Técnica del Prado desde 1979 y gran conocedora de la obra del pintor. Dicho estudio es publicado por la revista especializada «Ars Magazine» , en su próximo número (enero-marzo). Garrido se jubila a finales de año. Precisamente ayer se le rendía un homenaje en el museo, donde estuvo hablando sobre El Greco, sobre el que prepara un libro. Los actuales propietarios del Velázquez se pusieron en contacto con Carmen Garrido para su estudio. Se sabe que los dueños viven en Iberoamérica y que llevaron el cuadro a Múnich para que fuese analizado en el prestigioso Instituto Max Doerner , dependiente de la Alte Pinakothek de la ciudad. Aún continúa allí.
Vendida a un anticuario en 1929
La obra (121 por 101 centímetros) había estado en la casa familiar de Sebastián de Huerta en La Guardia (Toledo) hasta 1929 , cuando fue vendida al anticuario madrileño Miguel B. Marcos de León por 41.000 pesetas. Desde entonces ha estado en manos de sus herederos. La obra se halla en buen estado de conservación, pero se mantiene sin restaurar por consejo del representante de la familia, Javier Carrión: se limpiaron en el siglo XIX la cabeza y una mano, pero necesita de una limpieza más en profundidad (no se aprecian los pliegues del traje negro ni el bonete que sujeta con su mano derecha) y la retirada de los repintes.
Es una incógnita si los propietarios quieren vender el cuadro , ya con la autoría de Velázquez. En cuanto al precio que podría alcanzar en el mercado también es un misterio . Un retrato masculino (tan solo se trata de una cabeza) fue adquirido por 3,5 millones de euros por Otto Naumann , que lo sacará a la venta el próximo año en Tefaf de Maastricht . El retrato de Sebastián de Huerta es bastante mayor, de tres cuartos. Recordemos que la «Santa Rufina» , de Velázquez, fue adquirida por la Fundación Focus Abengoa de Sevilla en una subasta de Sotheby’s-Londres en 2007 por 12,4 millones de euros .
Pintado entre 1628 y 1629
En su estudio, Carmen Garrido data la obra en torno a 1628-29 , justo antes de su primer viaje a Italia. En él compara el cuadro con otros de esta etapa madrileña, la más desconocida del pintor , y del que apenas se conservan unas diez pinturas. Advierte similitudes con los retratos de Felipe IV y del Infante Don Carlos , ambos de Velázquez y conservados en el Prado. Pero quizá la mayor sorpresa llegó con la radiografía del cuadro : aparece esbozada una Virgen bocabajo . Es una Dolorosa: se cree que la Virgen de la Soledad . Velázquez no la acabó, le dio la vuelta al lienzo y pintó sobre él el retrato del secretario de la Inquisición.
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