Ferrer-Dalmau regresa a Afganistán para pintar al ejército de Georgia
Este pintor barcelonés ha plasmado hazañas bélicas y convivido con las tropas en Afganistán
Confiesa que Afganistán le atrapó. Por ello volvió a coger el petate, las acuarelas, el cuaderno de notas, pinceles, uniforme militar y se plantó en la provincia de Helmand para retratar esta vez a las tropas de Georgia, país que dentro de la misión de la OTAN despliega tropas en esta belicosa provincia del sur afgano. El Gobierno georgiano le encargó el pasado año este proyecto artístico.
Antes, en 2012, el pintor Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona, 1964) inició su andadura en la guerra de Afganistán para retratar a las tropas españolas en la provincia de Badghis. De aquel iniciático viaje en «territorio comanche» surgió el cuadro «La patrulla»: «Polvo, viento… eso es Afganistán. Una guerra a disparo limpio, con continuos ataques y combates. Más en la provincia de Helmand, donde la guerra sí que no da una tregua», detalla el pintor, cuyo estudio artístico se encuentra en Valladolid.
Ferrer-Dalmau es uno de esos raros casos artísticos que en España se empeñan en recordar la (desconocida) historia militar de nuestro país : «Rocroi, el último Tercio» –encargo del académico y escritor Arturo Pérez-Reverte –, «Mi bandera» –donde representa al granadero Martín Álvarez en la batalla del cabo de San Vicente– o «La batalla de San Marcial» –decisiva lid de 1813 que significó el fin napoleónico– son algunos ejemplos.
Uno de sus últimos proyectos es «El camino español», obra que versa sobre la ruta de los Tercios entre España y Flandes: «Un corredor militar que tenía en el puerto de Barcelona uno de sus hitos, camino de Génova y Milán, para llegar más tarde hasta Bruselas, siempre por zonas aliadas y nunca por mar, para evitar tormentas y la enemistad de Francia e Inglaterra, las dos orillas del necesario y desechado paso por el Canal de la Mancha», explica el pintor, que reconoce las influencias que en su obra han ejercido pintores franceses de finales del siglo XIX, como Jean-Louis-Ernest Meissonier o Jean Baptiste Édouard Detaille.
El cuadro recorre estos días los principales escenarios de aquella epopeya militar española a modo de exposición donde también se incluyen armas, uniformes, mapas, miniaturas, etc. Organizada por las asociaciones «Amigos del Camino Español de los Tercios» y «Retógenes, amigos de la Historia Militar», este periplo acabará, cómo no, en Barcelona, durante la segunda quincena del mes de octubre.
Pedagogía en las escuelas
¿Por qué no engancha la historia militar a los españoles?, preguntamos a Ferrer-Dalmau, quien hace un diagnóstico demoledor de la situación: «Tenemos un complejo de ser españoles que entronca con una falta de patriotismo que a ojos de otros países, como Francia, Reino Unido o la misma Georgia, diría que les resulta sorprendente; por otra parte, el problema lo encontramos en la Educación, a los niños no se les enseñan las hazañas bélicas, sus anécdotas, sus personajes... sino un listado de fechas e hitos que rápidamente se olvidan. Hay que hacer pedagogía en las escuelas».
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