EL PULSO DEL PLANETA
El Ponce de León yanqui
Jimmy no habla español ni ha visitado España. Pero este descendiente directo del conquistador de Florida quiere que se estudie aquella gesta en las escuelas de EE.UU.
vestido cual si fuera un aventurero del siglo XVI da el pego, pero cuando se le oye hablar en un inglés como el que se podría escuchar en Kentucky nadie diría que es descendiente directo del mismísimo Juan Ponce de León, el descubridor de la Florida. Jimmy Ponce asegura que es «la novena o décima» generación -«tendría que consultar mis documentos», asegura- del primer europeo que se plantó en la tierra que siglos después se convertiría en los Estados Unidos de América.
El pasado martes, justo 500 años después de la llegada del aventurero de Santervás de Campos (Valladolid) a las costas de Florida, representó el desembarco de su antepasado en Ponte Vedra (así escrito) en uno de los múltiples actos que tienen lugar estos días en el estado del sol brillante.
Es la viva encarnación del particular sentimiento de los floridanos respecto a sus raíces hispanas. Por las venas de Jimmy navega sangre española de pura cepa y se siente «extremadamente» orgulloso de ello, a pesar de que ni habla castellano ni ha viajado jamás a nuestro país. «Me encantaría hacerlo», dice con énfasis. A continuación añade, como si fueran las pruebas definitivas de su españolidad: «¡Pero tengo los ojos marrones, ja ja ja!... y en verano mi piel se pone negra en dos días...».
Cuestiones de raza aparte, está convencido de que en Estados Unidos no es suficientemente conocida la influencia histórica de los españoles en el país y que «se debería hacer más» por difundirla. «Me gustaría que se enseñara más en las escuelas sobre la presencia española y lo importante que fue el establecimiento de la que sigue siendo la primera ciudad de los Estados Unidos», asegura durante una charla junto a una nueva estatua en bronce de Juan Ponce de León inaugurada en Ponte Vedra Beach con motivo del quinto centenario del descubrimiento. A pesar de que la historia se ha escrito sobre todo desde Nueva Inglaterra, él recuerda que 60 años antes de que los peregrinos del Mayflower pusieran sus pies en Plymouth (Massachusetts), los españoles ya se habían instalado en San Agustín, donde vive el propio Jimmy.
Sin embargo, no parece que por ahora el Gobierno federal esté dispuesto a cambiar las cosas. Los actos del quinto centenario en Florida no sobrepasan el ámbito estatal y en la Casa Blanca no parecen siquiera inmutarse por la efeméride: por ahora, ningún representante de Washington ha tomado parte en los eventos. Tres siglos de presencia española en el actual territorio de Estados Unidos no han podido vencer aún la relectura interesada de la historia.
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