La confianza vuelve a España y el Tesoro capta 27.000 millones en solo un mes
De Guindos destacó el éxito de la subasta sindicada de ayer: «Nunca en la historia del Estado español había habido tal volumen de demanda»
el Gobierno respira. Los inversores, también los extranjeros, vuelven a tener apetito por la deuda española, la pública y la privada, y el fantasma del rescate, que hasta hace solo unas semanas parecía inevitable, va poco a poco desvaneciéndose. España y sus empresas logran financiarse en los mercados, y cada vez a menor precio.
Ayer el Tesoro pasó con sobresaliente su examen ante unos inversores cada vez más ávidos de títulos españoles, con una atractiva rentabilidad y un riesgo, en teoría, controlado. A media mañana colocaba letras a tres y seis meses por un importe total de 2.784,7 millones de euros, por encima de los objetivos marcados, con una demanda que multiplicaba por cuatro la cantidad adjudicada, e importantes rebajas en los tipos de interés.
En las letras a tres meses el Tesoro pagaba un tipo marginal del 0,46%, el más bajo desde el mes de marzo del año pasado, y muy inferior al 1,27% que el mercado exigía el pasado mes de diciembre. Lo mismo ocurrió con las letras a seis meses. El tipo marginal se colocó en el 0,92% frente al 1,68% de l mes pasado.
Pero lo más sorprendente de la jornada fue el éxito de una emisión sindicada de deuda, con referencia a diez años -vencimiento en enero de 2023- y un cupón del 5,40%, que tuvo una demanda superior a los 22.700 millones de euros. «Nunca en la historia del Estado español había habido ni una subasta, ni un sindicado con tal volumen de demanda», apuntó un visiblemente satisfecho ministro de Economía en un encuentro con periodistas tras la reunión del Ecofin en Bruselas, informa Enrique Serbeto.
Credibilidad de la economía
El ministro aseguraba que el éxito de la subasta «es una indicación clara de la credibilidad de la economía española y de que se han disipado las dudas sobre el euro». Y a su juicio, aunque todavía queda mucho, se está en el buen camino para lograr el objetivo último del Gobierno que es la recuperación económica y la creación de empleo».
Finalmente, el Tesoro emitió 7.000 millones a diez años, tan solo una tercera parte de la demanda, y el 60% quedó en manos extranjeras. Según un comunicado del Ministerio de Economía, los inversores británicos acapararon el 26% de la emisión, unos 1.800 millones de euros. El Ejecutivo considera que este dato es muy positivo ya que la inversión británica es bastante estable, frente a la procedente de otros países, como Estados Unidos, que tiene un carácter más especulativo. Al continente americano fue a parar un 3% de la deuda emitida ayer. Por tipo de inversión, la mayor participación fue de las gestoras de fondos, que se quedaron con un 40% del total, 2.800 de los 7.000 millones; seguido de tesorerías bancarias, con casi 2.380 millones. Entre aseguradoras y fondos de pensiones se colocaron otros 910 millones, mientras a los bancos centrales se adjudicaron cerca de 500 millones.
Tras esta emisión, y pendiente todavía de la segunda vuelta de la subasta de Letras de ayer, el Tesoro prevé cerrar el mes de enero con una emisión total de entorno a los 27.000 millones de euros, casi 3.000 más que en el mismo mes del año anterior.
Al igual que hiciera en 2012, el Gobierno quiere aprovechar la calma del mercado para adelantar lo más posible las emisiones, y garantizarse así de que en caso de que volvieran las tensiones al mercado de deuda, como ocurrió el año pasado a partir del mes de abril, el Tesoro tiene margen para poder usar el colchón que se están consiguiendo en estos meses de calma.
El Departamento que dirige Luis de Guindos destacó ayer que con esta emisión a diez años el Tesoro demuestra que «goza de pleno acceso al mercado en los tramos más largos de su curva y a tipos sostenibles». Y es que en los momentos más críticos de la crisis de deuda España llegó a pagar en el entorno del 7% por colocar bonos a diez años. Y tras el anuncio del BCE de que compraría deuda a corto plazo, se abarataron los tipos de estas emisiones, a dos y tres años, pero los bonos a diez seguían con altas rentabilidades. La emisión sindicada de ayer parece romper esa tendencia y alejar los momentos críticos de fuga de capitales. Entre julio de 2011 y el mismo mes del año pasado salieron de España cerca de 250.000 millones. Es el momento de emprender el camino de vuelta.
Portugal pide más tiempo
Y mientras España recupera la confianza, Portugal intenta volver a financiarse con normalidad. Lisboa ha pedido más tiempo para pagar los préstamos del rescate, posibilidad a la que Olli Rehn se mostró ayer abierto. El objetivo es evitar «picos de refinanciamiento» cuando el país regrese a los mercados, una situación que parece cada vez más próxima, informa Belén Rodrigo. Ayer mismo Reuters aseguraba que el Tesoro luso ya trabaja con cuatro bancos para realizar en breve una emisión de deuda pública a cinco años.
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