Cuando Mussolini fue candidato al Premio Nobel de la Paz
El «Duce», que nació el 29 de julio de 1883, fue propuesto para este galardón en 1935

Dictador, asesino y, según parece, una persona tan amante de la unidad y la concordia como Martin Luther King o la Madre Teresa . Al menos, eso es lo que debieron pensar en 1935 varios profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad de Giessen (ubicada en Alemania) al proponer como candidato al Premio Nobel de la Paz al dictador Benito Mussolini. Y es que, por aquel entonces el italiano ya había llevado a cabo –entre otras cosas- un golpe de estado encubierto, había ordenado asesinar a varios de sus rivales políticos y había usado armas químicas en contra de sus enemigos.
Benito Amilcare Andrea Mussolini, más conocido en la Historia como « Benito Mussolini », vino al mundo el 29 de julio de 1883 en Predappio (una pequeña región del norte de Italia ubicada a menos de 100 kilómetros de San Marino). De familia poco acaudalada –aunque algo más rica de lo normal- terminó interesándose por la enseñanza (debido a su madre, Rosa, que era maestra) y por la política (gracias a su padre, Alessandro, un miembro socialista activo que no dudaba en llevar a su pequeño a las reuniones del partido).
De naturaleza gamberra, Benito se hizo famoso en su colegio por enfrentarse con todo aquel que buscara pelea e, incluso, dar un navajazo a uno de sus compañeros. Sin embargo, terminó canalizando esta rabia en una actividad que pronto le encandilaría: la política. Cuando contaba menos de 30 años, Mussolini descubrió también su pasión por el periodismo, lo que le llevó a dirigir algún que otro diario de medio pelo y a escribir cuanto podía en sus ratos libres. Sin duda, ésto forjó su carácter y en el futuro le ayudó a saber convencer a sus congéneres mediante la oratoria. Tal era su maestría con la palabra, que a los 29 años se hizo con las riendas de uno de los diarios políticos más destacados de Italia: «Avanti».
No muy amante de la paz
No obstante, hubo que esperar hasta 1922 para que Mussolini cometiera sus mayores tropelías. Y es que, ese mismo año, este italiano partió sobre Roma junto con 40.000 de sus seguidores con la intención de presionar al rey Víctor Manuel III para que le diera el gobierno italiano -algo que, por cierto, logró-. En los meses posteriores, el «Duce» también se hizo famoso por asesinar a todo aquel rival político que se atreviera a decir que había manipulado las elecciones mediante el uso de la violencia. A su vez, también se hizo tristemente famoso por utilizar armas químicas contra sus enemigos militares y creó las « Leyes fascistísimas », un conjunto de decretos que, entre otras cosas, restablecieron la pena de muerte y limitaron la libertad de expresión.
Al parecer, estos actos no parecieron del todo mal a los profesores de la Universidad de Giessen, pues, en 1935, propusieron que el «Duce» fuera uno de los nominados para obtener el Premio Nobel de la Paz. Por suerte –y por lógica, todo hay que decirlo- el comité encargado de seleccionar a los candidatos simplemente se limitó a responder con un sonoro «no». Esta negativa, curiosamente, fue la misma que obtuvo el dictador Adolf Hitler cuando, cuatro años después, un miembro del parlamento sueco le propuso para obtener el mismo galardón que se le había negado a Benito Mussolini. Sin embargo, en el caso del nazi, lo que pretendía su «benefactor» era hacer una crítica a la controvertida situación política existente.
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