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parroquia cristo rey de usera (madrid)

Misas en chino mandarín

La llegada masiva de inmigrantes ha llevado a la Iglesia a celebrar misas «a medida» para poder atender las necesidades de estos colectivos

Misas en chino mandarín ángel navarrete

laura daniele

Todavía no son las nueve de la mañana, pero como todos los domingos el padre Manuel Pierola ya está en la parroquia de Cristo Rey, en el madrileño barrio de Usera, repasando el misal y el leccionario. Su misa no es una celebración litúrgica al uso . Desde hace algo menos de un año este agustino recoleto preside la Eucaristía en chino para una pequeña comunidad de inmigrantes de ese país, la mayoría muy jóvenes, que se acercan cada fin de semana a esta iglesia para rezar y confesarse.

«Siempre es bueno estudiar un poco antes de la liturgia porque estos libros están escritos en chino antiguo. Fueron editados antes de que llegaran los comunistas y simplificaran los caracteres», asegura este sacerdote que se ha pasado media vida en Taiwán. «Me fui con 26 años y volví el año pasado con 75».

La mayoría de sus feligreses proceden del sur de China, de dos provincias llamadas Guiyang y y Fugian. Se calcula que en este país asiático viven nada menos que entre ocho y doce millones de católicos. Algunos de ellos -escapando del régimen comunista y también de la pobreza- han recalado en esta pequeña parroquia de Usera, donde han encontrado una voz amable que les escucha y les habla en su propio idioma.

«No me enteraba de nada»

«He intentado ir a misa en español pero es muy difícil y no me enteraba de nada. Aquí estamos muy contentos de poder celebrar la Eucaristía», cuenta Chiao traducida por el propio padre Manuel y a quien le aclara que no quiere hablar de política, ni de la situación de la Iglesia católica en su país. Junto a ella, está su

ángel navarrete

primo Jiaxing y su hijo Pedro, de cinco meses, a quien bautizaron la semana pasada. Jiaxing, de 27 años, llegó a España con nueve y entiende algo mejor el castellano. «Venimos todos los domingos desde Valdemoro. Nos fuimos pasando el dato de unos a otros porque la diferencia en el idioma es muy grande», afirma este joven.

La falta de conocimiento de la lengua es sin duda la mayor barrera para estos inmigrantes pese a llevar varios años de residencia en España. Conscientes de esta dificultad, dos sacerdotes recoletos de origen chino decidieron hace cinco años ayudar a sus paisanos a vivir su fe y celebrar los sacramentos. Al principio crearon una comunidad en la parroquia Santa Rita en Chamberí y desde hace un año funciona también una subsede en esta iglesia del barrio de Usera, donde la comunidad china es muy numerosa. «En Santa Rita hay más de 60 personas. En las celebraciones del Año Nuevo Chino y en Navidad, en cambio, nos llegamos a reunir casi toda la comunidad católica china que conocemos» , afirma el padre Manuel.

Reconocimiento oficial

La labor de los agustinos, sin embargo, no se queda allí. Con el objetivo de fomentar su integración, también organizan cursos para que los mayores aprendan español y los niños no olviden el chino, «además del catecismo, por supuesto», añade el sacerdote.

Desde enero de este año, la labor de los agustinos cuenta con el reconocimiento oficial del cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, quien ha decidido instituir oficialmente esta capellanía, que atiende a cerca de 300 inmigrantes chinos. La Orden de los Agustinos Recoletos, con más de cuatro siglos de historia, está presente en China desde 1923. Allí tiene a su cargo la diócesis de Shangqiu-Hezé en la que 12 de sus 13 sacerdotes son agustinos recoletos. Los miembros de la congregación nacidos en aquel país son actualmente 21.

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