Suscríbete a
ABC Cultural

Los intentos fallidos de proclamar el Estado catalán

En 1873, 1931 y 1934, los catalanistas declararon su propio Estado desafiando al Gobierno central. La misma quimera que intenta imponer hoy Artur Mas y que siempre acabó en fracaso

Los intentos fallidos de proclamar el Estado catalán abc

ISRAEL VIANA

La Constitución de 1978 demuestran que el desafío independentista planteado, en la actualidad, por Artur Mas no tiene cabida en el ordenamiento jurídico español y carece de toda validez. Aún así, el presidente de la Generalidad sigue removiendo la escena político con debates como el de ayer en el Congreso sobre la petición del Parlament catalán de realizar una consulta soberanista .

El mismo Artur Mas que, en septiembre de 2013, alardeaba de la gran cantidad de corresponsales extranjeros que habían acudido a cubrir la Diada exigiendo el referéndum, usando el mismo tono desafiante con el que siempre han tratado los catalanistas el debate sobre la secesión a lo largo de la historia. « Siempre he pensado que veremos una Cataluña independiente », declaraba el entonces portavoz de la Generalitat, Francesc Homs , que amenazaba con que su Gobierno declarara el Estado catalán en el Parlamento autonómico. Sin embargo, a lo largo de la historia de España esta declaración unilateral, e impuesta a la fuerza, se ha producido hasta en tres ocasiones (en 1873 , 1931 y 1934 ), en un claro desafío con el Gobierno central. Todas acabaron en fracaso.

abc

El primer Gobierno español que tuvo que hacer frente a la proclamación del «Estat Català» fue el de Estanislao Figueras , el 5 de marzo de 1873, un mes después de que se estableciera la Primera República. «Unos 16.000 voluntarios han declarado independiente el Estado catalán y preso a las autoridades», contaba «La Correspondencia de España» .

Este pequeño éxito del catalanismo, que tan sólo duró dos días, se produjo en una época realmente inestable de la historia del país. En los 22 meses que duró el primer experimento republicano, el Gobierno acogió a nada menos que cuatro presidentes, todos con un sinfín de problemas: la Tercera Guerra Carlista , sublevaciones separatistas como la de Cataluña, la indisciplina militar, conspiraciones monárquicas, etc.

1873: una declaración federalista

Esta primera proclamación no fue realmente una declaración de independencia, sino federalista republicana, que fue promovida por una burguesía que quiso utilizar el independentismo como medio de presión.

«Falta que se formen estados semi-independientes o independientes por donde quiera»

La prensa especializada destacó pronto las dificultades de organización que acarrearía el nuevo Estado : «Ahora falta que se formen, del mismo modo, estados semi-independientes o independientes por donde quiera. Luego surgirán las rivalidades entre ciudad y ciudad por la capitalidad de cada Estado, entre provincia y provincia por ser independientes unas de otras y por no por formar un estado mismo, y hasta entre villa y villa y aldea y aldea», se leía en la «Revista Política» .

Fueron los federalistas José García Viñas y Paul Brousse (¡un andaluz y un francés!) quienes llevarona a cabo esta primera proclamación del « Estado catalán federado con la república española » en el Ayuntamiento de Barcelona. La experiencia duró dos días antes de ser borrada del mapa, aunque en este tiempo se llegó a hablar de formar un gobierno provisional, de convocar elecciones a las Cortes catalanas y de disolver el Ejército español en la región. Pero el incidente fue superado tras una serie de negociaciones telegráficas con los dirigentes catalanes a los que nadie apoyó en sus pretensiones. En Madrid fueron incluso reprobados por los mismos catalanes que, por una vez, se veían responsables del Gobierno central.

1931: Macià y la renuncia a su «Estado»

El segundo intento fue protagonizado por el entonces presidente de Esquerra Republicana, Francesc Macià , el 14 de abril de 1931. Tan sólo una hora después de que Lluís Companys saliera al balcón del Ayuntamiento de Barcelona para proclamar la Segunda República , Macià aparecía por sorpresa en el mismo lugar, «manifestando que, en nombre del pueblo de Cataluña, se hacía cargo del Gobierno catalán y que en aquella casa permanecería para defender las libertades de su patria, sin que pudiese sacársele de allí como no fuera muerto», contaba ABC .

ABC

La nota oficial enviada posteriormente por el líder independentista decía: «En nombre del pueblo de Cataluña, proclamo el Estado catalán bajo el régimen de la República catalana, que libremente y con toda cordialidad anuncia y pide a los otros pueblos hermanos de España su colaboración en la creación de una Confederación de pueblos ibéricos».

Esta proclamación fue el primer problema que tuvo que afrontar el Gobierno Provisional de la Segunda República , que rápidamente envió a tres ministros a Barcelona para negociar con Macià. Estos consiguieron que Esquerra Republicana renunciara a su «Estado propio», a cambio del compromiso del Gobierno de presentar en las futuras Cortes Constituyentes el Estatuto de Autonomía que decidiera Cataluña . Un fracaso no tan amargo si tenemos en cuenta que de aquel acuerdo salía el germen de la futura Generalitat.

1934: Companys y el estado de guerra

La tercera y última proclamación se produjo en octubre de 1934, inmediatamente después de que se produjera la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno de Alejandro Lerroux , tras desatarse la huelga revolucionaria convocada por los socialistas.

«Se acababa de proclamar el "Estat catalá", rompiendo relaciones con el Gobierno central»

Fue entonces cuando el entonces presidente de la Generalitat, Lluis Companys, proclamó de nuevo el Estado catalán, tras acusar al nuevo gobierno español de «monarquizante» y «fascista»: «Cataluña enarbola su bandera, llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia absoluta al Gobierno de la Generalitat, que desde este momento rompe toda relación con las instituciones falseadas», dijo

El periodista de ABC en Barcelona, Antonio Guardiola , contaba al detalle cómo vivio la tarde de aquella «declaración sensacional», en un artículo que titulaba « El golpe de Estado de la Generalitat ». En él se podían leer cosas como: «Horas antes nos había chocado a varios periodistas observar que el coche del presidente Companys no ostentaba la bandera de la República, sino solamente la catalana», o, «a las seis de la tarde, los Mossos de Esquadra nos invitaron a los periodistas a abandonar el Palacio de la Generalitat. Nadie, hasta más tarde, supo lo que acababa de acordarse en la reunión que había celebrado el Consejo: proclamar el "Estat catalá", rompiendo toda relación con el Gobierno central. En una palabra: declarar la guerra al Estado español».

«¡Viva España!»

Al día siguiente de la declaración, el editorial de este periódico, bajo el epígrafe « ¡Viva España! », decía: «Los catalanes que representa la Esquerra quieren constituir el “Estat Catalá” en la República Federal (?) de España. Hasta última hora son pérfidos, ruines, cobardes y calculistas».

«Iban todos armados. Algunos llevaban una soberbia pistola automática»

La respuesta del presidente Lerroux no se hizo esperar , declarando el estado de guerra y asegurando que «estaba en un momento de lucha y que estaba dispuesto a vencer». Mientras, Companys llamaba a los suyos «para que vengan a Barcelona y defiendan la Generalitat del posible ataque del Ejército español».

Las calles de Barcelona pronto se llenaron de jóvenes de Esquerra. «Iban todos armados –contaba ABC–. Algunos llevaban, además de una magnífica carabina Winchester, una soberbia pistola automática, a veces ametralladora». La ciudad se convirtió en el escenario de la batalla entre el Ejército contra los Mossos de Esquadra y cientos de simpatizantes catalanistas.

A la mañana siguiente, Companys, los consejeros de la Generalitat, el alcalde de Barcelona y varios concejales de Esquerra fueron detenidos en la sede del Gobierno . Las calles fueron quedando vacías de gente y todo fue volviendo a la normalidad .

Más de 70 años después, la proclamación del Estado catalán vuelve a estar en boca de todos a través de episodios como el debate el el Congreso de los Diputados sobre la consulta soberanista. Artur Mas parece haber recogido el testigo de los Macià, Companys y compañía, en esta lucha interminable.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación