El «depredador» del mercado del arte Steven A. Cohen suelta una de sus presas
Coleccionista de obras tan célebres como el «tiburón» en formol de Hirst y uno de los hombres más ricos de EE.UU., se desprende de una obra maestra de Gerhard Richter
Es considerado uno de los mayores «depredadores» del mercado del arte. Steven A. Cohen , junto a un grupo de magnates, como Steve Wynn, David Geffen, Charles Saatchi, François Pinault o Roman Abramovich , han revolucionado el mercado a golpe de talonario y cifras de escándalo. Atrás quedaron los grandes coleccionistas históricos, excelentes conocedores de la Historia del Arte, que han amasado sus impresionantes legados a través de generaciones, buscando siempre las mejores piezas.
Esta nueva generación de coleccionistas ha irrumpido como un elefante en una cacharrería, consiguiendo obras de arte sin ton ni son, sin importar el dinero y, posiblemente, ni siquiera las obras. Parece que lo único que cuenta es quién se gasta más dinero en menos tiempo y cuánto podrán ganar al revenderlas. Algunos expertos ya apuntan el peligro de una nueva burbuja especulativa en el sector, como la que generaron en el mercado del arte los japoneses a finales de los 80 y comienzos de los 90.
Son tan sonadas las compras de Steven A. Cohen como sus ventas. Inversor financiero, compra y vende arte a gran velocidad, como si fueran unas acciones más. Para él, su colección de arte es una empresa del gigantesco emporio que ha amasado y que le ha llevado a ser una de las grandes fortunas de Estados Unidos , con más de 8 billones de dólares . Amigo del todopoderoso galerista Larry Gagosian, Cohen aparece en las prestigiosas listas de hombres más influyentes que elaboran «Time» y «Forbes» . Además, es propietario de parte de las acciones de la casa de subastas Sotheby's (en torno al 5%).
Dueño del «tiburón» de Hirst

Fundó su propia empresa, SAC Capital , en 1992. Tiene 55 años y siete hijos . Se ha casado dos veces (la primera con Patricia Finke; la segunda, con Alexandra García). Vive en una inmensa mansión en Greenwich (Conneticut), donde al parecer tiene pensado crear un museo para su colección de arte.
Lleva coleccionando arte tan solo desde 2000 . En solo doce años atesora una colección en la que se ha gastado más de 700 millones de dólares . En ella aparecen tanto obras impresionistas y postimpresionistas de primer orden («Bañistas», de Gauguin; «Retrato de campesina», de Van Gogh; «Madonna», de Munch ), como arte moderno y contemporáneo, que es su punto fuerte. Compró a otro de estos «tiburones del arte», David Geffen, dos obras de Willem de Kooning («Police Gazette», por 63,5 millones de dólares, y «Woman III», por 137.5 millones ).
Pero su obra más célebre es «Physical Impossibility Of Death In the Mind Of Someone Living», de Damien Hirst , que compró a Saatchi por más de 8 millones de dólares . Nada menos que el famoso tiburón en formol que tanto ha dado que hablar. En 2006, Cohen tuvo que gastarse más de 100.000 dólares en sustituir al escualo de la obra de Hirst porque había comenzado a pudrirse.
Wynn y el Picasso roto

Cohen fue, además, protagonista involuntario de una de las anécdotas más curiosas y llamativas de los últimos años en el mercado del arte. Estuvo a punto de comprar «El sueño», de Picasso , al magnate de los casinos Steve Wynn por 139 millones de dólares . Hubiera sido entonces la obra más cara de la Historia. Pero, accidentalmente, pocos días antes de la venta Wynn rompió con su codo la pintura en Las Vegas . La compra fue cancelada.
Otras joyas de la colección de Steven A. Cohen son «Flag», de Jasper Johns , que formaba parte de la colección de Leo Castelli; obras de Picasso («Mujer sentada» y «Le Repos»), Warhol («Turquoise Marilyn» y «Coca-Cola»), Pollock, Freud, Lichtenstein, Cindy Sherman ... También posee una escultura de Marc Quinn : una cabeza con sangre congelada del propio artista.
Pero Steve Cohen no solo compra arte. También lo vende . El año pasado subastó en la casa uno de los retratos que Andy Warhol le hizo a Elizabeth Taylor. Se remató a la baja en 24 millones de dólares. También se ha desprendido de un paisaje de Maurice de Vlaminck y un autorretrato de Manet . Y ahora hará lo propio con una obra maestra de Gerhard Richter , uno de los artistas cuya cotización subió más el año pasado. Quizá por eso el «depredador» Cohen la saca ahora a la venta.
Richter y su homenaje a Kafka
Se trata de «Prag 1883» , una de las primeras obras maestras abstractas de Richter, que Christie's sacará a subasta en noviembre en Nueva York . Podría superar los 15 millones de dólares . «Esta pintura contiene la génesis de todas sus ideas sobre la abstracción» -advierte Brett Gorvy, director del departamento de arte de posguerra y contemporáneo de Christie's-. Richter se muestra como el legítimo heredero de una tradición de arte abstracto que incluye a Kandinsky, Rothko y De Kooning».
Realizado en 1983 , el título de este óleo sobre lienzo de gran tamaño (250 por 250 centímetros) alude al lugar y la fecha de nacimiento de Franz Kafka, un héroe para el artista.En los años 70 ya incluyó un retrato de Kafka entre los cuarenta y ocho retratos en blanco y negro que hizo de famosos compositores, escritores y personalidades ilustres para el Pabellón de Alemania en la Bienal de Venecia de 1972.
«Prag 1883» formó parte de la colección del Duque de Baviera . Fue cedido a la Pinakothek der Moderne de Múnich , hasta que fue adquirida por Steve A. Cohen. El actual récord para una obra de Richter en subasta se alcanzó en mayo de este año. «Abstraktes Bild» se vendió por 21,8 millones de dólares .
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